Entre la CDMX y la capital de Puebla se halla un paraíso de lavanda. Campos teñidos de tonalidades entre azul y violeta que son protegidos por la comunidad de Santa Rita Tlahuapan, en colaboración con un recinto conocido como Rancho San Martín.
Se trata de una organización agroindustrial cuyo objetivo es impulsar la producción de flores aromáticas, mediante la generación de sinergias con los productores —dentro y fuera de Puebla—, para un aprovechamiento forestal responsable con el medio ambiente.
Gracias a la tecnología de Rancho San Martín, se puede extraer la esencia de esta flores para su comercialización. Parte del producto es utilizado para dar forma a jabones, aceites y manualidades; incluso, ya cuentan con su propia Línea Spa, integrada por cremas, bálsamos y lociones, entre otras delicias.
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Turismo en Rancho San Martín
De esta manera se logra impulsar otra actividad económica: el turismo de naturaleza, el cual se desarrolla dentro de una reserva ecológica, pues Tlahuapan forma parte del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, así que desde el rancho se obtiene una vista espectacular de la Mujer Dormida.
Su menú de posibilidades incluye las tradicionales caminatas por sus senderos; también involucran al visitante con la esencia de este paraje, de tal manera que comparten sus secretos sobre el cultivo, variedad y usos de la lavanda, así como pláticas sobre el proceso de destilación de esencias naturales.
Cada año se invita a las familias a vivir la experiencia de cosechar lavanda y, de acuerdo con la cantidad de personas que se junten, se abren talleres para la elaboración de jabones y otras delicias. Además, disponen de plantas para su venta y cuentan con una tienda, donde se pueden adquirir los productos que se elaboran en el Rancho San Martín.