Acolman: tierra de piñatas

Dicen los cronistas e historiadores que este municipio obtuvo el reconocimiento de la Iglesia como el creador de esta artesanía

Acolman cuan de las piñatas
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Acolman es uno de los pueblos más famosos de todo el Estado de México, porque desde hace más de 400 años elabora las tradicionales piñatas, una historia que inició en el siglo XVI, al interior del convento de San Agustín, donde se dieron las primeras misas de aguinaldo. 

Si bien el origen de las piñatas se da en China, los hombres de la religión católica las trajeron al Nuevo Mundo, e iniciaron la mezcla de su concepto con la costumbre que tenían los mayas de romper ollas de barro llenas de cacao. La mejor forma de comenzar la evangelización de los pueblos mesoamericanos

Es así como la primera piñata nace junto con las posadas en 1587, bajo la asesoría de los frailes agustinos. Pero la historia se pone aún más interesante, cuando tiempo después Fray Diego de Soria impulsó se desarrollara el documento la bula papal y fue así como la Iglesia decretó el inicio de las posadas.

De acuerdo con investigadores de la UNAM, a través de este mismo papel se reconoció a Acolman como el pueblo creador de la primera piñata en México. Es así como comienza una tradición que hoy en día se mantiene viva, una herencia que se ha transmitido por generaciones, donde las mujeres artesanas son las principales protagonistas de esta historia. 

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El origen está en Acolman

Historiadores y cronistas de este Pueblo Mágico, coinciden que desde 2007 Acolman es considerado como la cuna de las piñatas. A partir de su origen, las mujeres fueron las principales responsables de dar forma a esta artesanía y siguen siendo ellas las que encabezan con un 95% esta tradición. 

Sus técnicas, destrezas y belleza estética se pueden apreciar en la famosa Feria de las Piñatas que se celebra cada año en este lugar, la cual lleva más de 30 años realizándose. Sin embargo, aún las autoridades estatales y locales no han dicho si esta exposición y venta quedará cancelada este 2020, aunque todo indica que la pandemia no dará tregua. 

Los cronistas de Acolman cuentan que las artesanas llegan a prepararse para esta gran festividad desde principios de año, para tener listos los moldes. Ya que está cerca octubre, comienza la parte de dar color a través de su decoración. Actualmente se siguen dando vida a piñatas hechas de barro, pero en su mayoría son de cartón, para evitar los accidentes entre niños.

Es así como las mujeres de Acolman dan muestra de su talento, amor y pasión que tienen por esta herencia cultural, que hace historia desde hace más de 400 años, donde la estrella continúa siendo la que guía sus manos, para surgir como una artesanía donde todavía se elabora con los siete picos, como dicta la tradición.