Qué mejor anfitrión para disfrutar de la Charrería que el Rancho Buenavista, ubicado en el Estado de México. Hace 51 años es escenario de grandes eventos, donde se dan cita las asociaciones nacionales que engrandecen, protegen y conservan esta actividad, también conocida como el deporte nacional por excelencia.
En su lienzo y potrero se siguen tejiendo grandes historias y anécdotas sobre esta tradición. Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2016, este espacio lleva a sus visitantes a descubrir las faenas charras y vaqueriles, que recrean el espectáculo de los hacendados del siglo pasado.
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Esa época se aferra no sólo a la atmósfera que rodea a este centro turístico, también su fachada testifica con nostalgia un México pasado. Desde que se ingresa al rancho —mediante un sendero de eucaliptos con vista a una presa—, hay una conexión con el alma y esencia de este destino mexiquense.
Tradicional Rancho Buenavista
En este museo vivo, propiedad del historiador y deportista Octavio Chávez, a campo traviesa surge un gran espectáculo para los invitados, quienes pueden presenciar las suertes charras y faenas camperas, todo al aire libre, enmarcado por un paisaje completamente natural.
Grato recibimiento de don Octavio Chaves en su Rancho Buenavista, Charro experto y profundo conocedor la Charreria Patrimonio Cultural e Inmaterial del Estado de México. pic.twitter.com/MprQjmtnQj
— Abel López (@Abel_LD33) August 17, 2018
Después de la intensidad, llega el momento de dirigir los pasos a una troje que se adaptó con cocina, sala, comedor y cantina, que ha servido de escenario para la filmación de telenovelas, películas y documentales. En su cantina nunca faltan las bebidas tradicionales: pulque, tequila y mezcal.
Sin duda, para todos los amantes de la cultura ecuestre mexicana, el Rancho Buenavista es un imperdible en su itinerario cultural y viajero, no sólo para extasiarse con sus actividades, también para sumergirse en el pasado histórico de un México que se niega a desaparecer.
