La emoción de volar un papalote es inevitable durante la niñez, se convierte como en un objeto del deseo, incluso para jóvenes y adultos, quienes aún tienen el reto de elevar su anatomía por los cielos, de una manera rápida y al primer intento.
Pero en Oaxaca encontramos a los ikoots o huaves -que significa gente del mar-, la única comunidad indígena del país, que hace suyo al papalote como el símbolo principal de su ritual, durante la celebración de Día de Muertos.
Son habitantes de San Mateo del Mar, donde esta bella tradición ha sobrevivido a través de varias generaciones, de hecho nos atrevemos a decir, que su habilidad para volar un papalote, también es una herencia de sus ancestros.
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El propósito del papalote entre los huaves
Curiosamente, este objeto volador tiene dos propósitos dentro de esta cultura: si un niño se convierte en pescador, entonces el papalote será un instrumento indispensable para lograr este objetivo en mar abierto.
Pero también es indispensable durante el viaje del más allá, pues se convierte en un guía, para que las almas encuentren el camino hacia sus hogares y puedan formar parte de la celebración de Día de Muertos en compañía de sus familiares.
Así que cada 31 de octubre el cielo de San Mateo del Mar se inunda con esta artesanía, la misma que hace acto de presencia el 2 de noviembre, para encaminar a los visitantes por el sendero que los retornará a continuar su descanso eterno.
Ubicación:
Se localiza en la región del Istmo de Tehuantepec al sureste del Estado, limita al norte con Juchitán de Zaragoza y San Pedro Huilotepec, al sur con el Océano Pacifico, al oriente con Salina Cruz y San Pedro Huilotepec, al poniente con la Laguna Inferior.
Mayor información:
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