En las calles de Hermosillo, Sonora, los habitantes conocen muy bien la historia de amor que se vive en el recuerdo, se trata de Arturo Chávez, el “eterno enamorado” de un maniquí. Todo comienza en los años 80 cuando el originario de Cananea empezó a acudir diariamente a una tienda de novias que se encuentra por la calle Heriberto Aja, esquina con bulevar Rodríguez, pero solo se quedaba en la banqueta contemplando a la figura que portaba un hermoso vestido de novia.
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No importaba si hacía frío o mucho calor, el hombre permaneció fiel dedicándole palabras, cantándole, tirándole besos o buscando alguna forma de demostrarle su amor. De acuerdo con Gloria Moreno, propietaria de ‘Novias Elegantes’, comentó que una de las sobrinas de Arturo le contó que su tío había pasado un momento triste, pues su novia falleció días antes de la boda y fue enterrada con el vestido que utilizaría en ese día, así que su mente se sorprendió tanto al ver el maniquí, ya que pensó que era su novia.
Según el relato, la dueña del negocio le comentó a Arturo Chávez que le regalaba e maniquí, pero al quitarle el vestido se lo llevara, se molestó y no lo quiso, ya que lo quería con todo el atuendo característico que portaba cuando se enamoró.
Sin embargo, al paso de los años, durante cuatro ocasiones, al estar bajo los influjos del alcohol, quebró el ventanal que lo separaba del maniquí, por lo que más de que un castigo Gloria Moreno trató de buscar una ayuda para Arturo, quien murió en 2003 luego de estar internado en el Centro de Salud Mental, así como presentar cáncer de lengua.
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En la actualidad podrás escuchar canciones, algunos cortometrajes, paredes dedicadas a don Arturo Chávez, quienes dedican un espacio a esta historia de amor trágico, para que nadie la olvide.