En la esquina de la Avenida Sarabia y Calle Allende, en la pintoresca ciudad de Lerdo, se encuentra un tesoro histórico que ha resistido el paso del tiempo. Se trata del Reloj Público de Lerdo, una joya arquitectónica que guarda una fascinante historia, aunque son pocos los que realmente la conocen.
Fue en el año 1889 cuando se comenzó la construcción de este reloj tan especial, con el propósito de embellecer y dar vida a la plaza principal de la ciudad. Sin embargo, la naturaleza tenía otros planes para esta magnífica obra. Una fuerte tormenta azotó la zona el mismo día de su inauguración, el 15 de septiembre, lo que retrasó su puesta en marcha hasta el día siguiente, el 16 de septiembre.
Desde aquel momento, el Reloj Público de Lerdo se convirtió en un referente importante para los habitantes de la ciudad. Su imponente estructura, combinando elementos arquitectónicos de la época, captura la atención de quienes caminan por sus alrededores. Su diseño elegante y detallado refleja el esplendor de aquellos tiempos pasados.
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Además de su valor estético, el reloj cumplió una función práctica para los ciudadanos. Durante muchos años, sirvió como una herramienta confiable para que la comunidad pudiera conocer la hora exacta. Su carillón, que tocaba melodías en momentos específicos del día, se convirtió en una especie de banda sonora que acompañaba la vida cotidiana de Lerdo.
A lo largo de los años, el Reloj Público de Lerdo ha sido testigo de numerosos acontecimientos y transformaciones en la ciudad. Ha presenciado la evolución de la sociedad, desde los días de la Revolución Mexicana hasta el auge industrial que marcó la región. Es un símbolo vivo del pasado y un recordatorio de la importancia de preservar nuestra historia.
Hoy en día, el Reloj Público de Lerdo continúa marcando el paso del tiempo y sirviendo como un recordatorio de la grandeza y la perseverancia de la ciudad. Es un lugar emblemático que invita a los visitantes a detenerse y contemplar su belleza atemporal. Sin duda, esta joya arquitectónica merece ser admirada y valorada por generaciones venideras.
Así que la próxima vez que pases por la esquina de la Avenida Sarabia y Calle Allende, no olvides mirar hacia arriba y apreciar la historia que se encuentra en lo alto. El Reloj Público de Lerdo sigue marcando el tiempo y manteniendo vivo el legado de una ciudad llena de tradición y encanto.
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