Durante las etapas de la historia de México, se ha utilizado la tierra cruda como material de construcción, así como el uso de adobe. Así fue como nacieron las casas de adobe.
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¿Qué es el adobe?
El adobe, cuyo nombre proviene de la voz árabe, al-tub, es un ladrillo crudo que se mezcla con hojas y paja para darle consistencia y que posteriormente se seca al sol.
Aunque México lo ha utilizado a lo largo de su historia, su uso se extiende por todo el mundo, ya que es uno de los materiales de construcción al alcance de casi cualquier persona.
De acuerdo con los especialistas, entre las principales ventajas que tiene este material son el bajo costo , la maleabilidad, permite un bajo consumo energético por sus cualidades aislantes, así como modificar sus formas de muros y la versatilidad para las instalaciones de tuberías y red eléctrica.
Las casas de adobe, patrimonio cultural en México
Durante la colonización se produjo una fusión entre técnicas de construcción prehispánicas y europeas.
Hasta hace dos generaciones era común que la gente habitara en casas de adobe; sin embargo, se está extinguiendo su construcción.
La principal razón es la creciente oferta de materiales y técnicas de construcción industrializados, lo cual ha hecho ver este material como insalubre y obsoleta.
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Por ello, se ha devaluado su valor cultural de la técnica de construcción, se han perdido innumerables edificios patrimonio y se han reemplazado los materiales de construcción por algunos que son incompatibles ecológicamente.
Sin embargo, existen casos de rescate y protección de estructuras construidas con este material, como lo es el caso de Paquimé en Chihuahua, ciudad que fue inscrita en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco, pero que lamentablemente no incluyó la zona periférica.
Aunque también hay casas en distintos pueblos de México que todavía prevalecen las construcciones de adobe. Dichos inmuebles no sólo siguen siendo la morada de miles de personas, también son parte del imaginario colectivo de los pueblos y la historia de México.
