“¡Dale, dale, dale! No pierdas el tino porque si lo pierdes, pierdes el camino”. Así inicia una de las canciones más coreadas en diciembre. De hecho, estamos a punto de llegar a ese último mes del año, y eso significa que pronto te reunirás con amigos y familiares para celebrar las fiestas navideñas. Unas de las reuniones más esperadas son las posadas, pues en ellas se cantan las letanías, se bebe ponche y se rompen piñatas llenas de frutas, dulces o juguetes.
Uno de los principales elementos en las posadas, son las piñatas, estas forman parte icónica de la cultura mexicana. Durante la época navideña, niños y adultos miden fuerza y destreza al golpear esta artesanía. El objetivo es recolectar el mejor botín que lleva dentro.
Tradicionalmente se elaboran de papel maché o con ollas de barro. Todo su diseño posee elementos relacionados con la tentación y la fe. La forma tradicional de las piñatas es de estrellas que tienen siete picos. Cada uno representa los pecados capitales: gula, lujuria, avaricia, pereza, envidia, ira y soberbia.
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Estas artesanías son decoradas con papel de diferentes texturas y de colores llamativos que representan las tentaciones. Además, si una persona le pega a la piñata, deberá hacerlo con los ojos vendados. Esto significa que, quien golpee a los pecados capitales con los ojos cerrados, lo hará con fe ciega en Dios.
Otro de los elementos importantes es el palo de madera con el que se pega a la piñata, pues simboliza la fuerza que tienen las personas para vencer el mal. En México, la canción «Dale Dale Dale, no pierdas el tino», es el tema que los invitados de la posada recitan para indicar hacia donde deben golpear y el tiempo que deben hacerlo.
Finalmente, el contenido de dulces y frutas es la recompensa por haber vencido al mal. Representa una clase de premio a la perseverancia y devoción de las personas.
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Historia de la piñata
La tradición de las piñatas se remonta en México a la época prehispánica, pues las hacían con ollas de barro, las rellenaban con granos de cacao y se colgaban para romperlas con una pelota. Para nuestros antepasados, significaba honrar a los dioses y agradecer por las cosechas y abundancia.
Posteriormente, la mayoría de los elementos y significados actuales de la piñata que conocemos fueron proporcionados por los españoles, y es lo que se mantiene hasta nuestros días.
En nuestro país, el municipio de Acolman, en el Estado de México, es considerado como «la cuna de las piñatas» porque ahí se elaboró la primera artesanía de este tipo hace más de 400 años.
Así que ya lo sabes, romper una piñata además de ser una actividad divertida en familia, es una tradición que tiene un significado interesante. Si rompes una durante la temporada de Navidad, no olvides comentarnos cómo te fue.
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