Pinturas rupestres, estructuras circulares, petroglifos, canchas de juego de pelota y vida espiritual son solo algunos de los atractivos que ofrecen dos zonas arqueológicas localizadas en el estado de Durango. Se trata de La Ferrería y El Zape Chico, áreas que poseen una enorme riqueza cultural.
Cada una posee características que las identifican como sitios históricos en los que se han descubierto vestigios y estructuras que muestran la historia de las antiguas civilizaciones que vivieron ahí hace miles de años. A continuación, te mencionaremos los atractivos de cada una de las zonas localizadas en el noroeste de México.
La Ferrería
La Ferrería es un sitio arqueológico localizado a 7 kilómetros de la ciudad de Durango. Esta zona es parte importante de la cultura Chalchihuites porque se estableció entre los límites de Zacatecas y Durango, dentro del Valle de Guadiana.
En este lugar, arqueólogos han descubierto asentamientos abandonados como casas, edificios y estructuras de color rojo con tonalidades crema. También destacan construcciones de canchas donde aquella cultura prehispánica realizaba sus juegos de pelota; eso además de casas edificadas en el borde de los acantilados de la zona.
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La zona de La Ferrería se ubica en el cerro que lleva el mismo nombre y a las orillas del Río del Tunal. En el cerro es donde se ha hecho el mayor hallazgo de las estructuras antiguas. Estudios indican que la construcción de La Ferrería comenzó aproximadamente en el año 600 de nuestra era.
Vestigios indican que la cultura Chalchihuites tuvo una fuerte influencia con culturas mesoamericanas como la Chichimeca e influencia de grupos que habitaban en las costas del Pacífico. Actualmente en cuenta con el Museo de Sitio de La Ferrería que reúne objetos de la zona y otros vestigios históricos del estado.
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El Zape Chico
El Zape Chico se localiza en el poblado de El Zape, dentro del municipio de Guanaceví, que se extiende a 46 kilómetros de la ciudad de Santiago Papasquiaro. Esta zona arqueológica es famosa por sus petroglifos y pinturas rupestres en las que se aprecian aspectos de la vida cotidiana y escenas de caza de animales.
Si bien, arqueólogos no han podido determinar a qué época pertenecen, hay quienes atribuyen los vestigios a las culturas que poblaron el norte de México. El Zape fue habitado por personas thepehuanes.
Cabe señalar que estudiosos indican que el antropólogo y lingüista estadounidense John Alden Mason fue el primer investigador que descubrió las ruinas de El Zape Chico y también fue quien identificó las características de la cultura Chalchihuites.
Además de las pinturas rupestres, en la zona arqueológica se han encontrado objetos elaborados con cerámica, vasijas de barro y tumbas de tipo ceremonial. Definitivamente estas son dos zonas que deben visitarse para conocer el lado ancestral del estado del norte.
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