El Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa A.C. informó que la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa, ha sido reconocida oficialmente como una tradición cultural por la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial (CNPCI) y registrada en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de México.
Como parte del Viacrucis, también se ha reconocido a los ocho barrios originarios de Iztapalapa que participan en la representación que se lleva a cabo en semana santa.
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Este reconocimiento se hace oficial con un documento, mismo que fue entregado por la Dirección General de Culturas Populares y el Instituto Nacional de Antropología e Historia en una ceremonia que se llevó a cabo en el Museo Fuego Nuevo, y contó con la presencia de los participantes que dan vida a los personajes bíblicos en el viacrucis.
La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, anunció que este año 2023 el viacrucis regresa a la normalidad después de tres años de realizarse en formato híbrido debido a la pandemia. Se espera que alrededor de dos millones de personas asistan a esta edición, ya que además se conmemora el aniversario 300 de la llegada de «El Señor de la Cuevita» a esta región de la Ciudad de México.
En 1848, la Ciudad de México fue golpeada por una epidemia de cólera morbus, una enfermedad altamente contagiosa causada por la bacteria Vibrio cholerae. Esta enfermedad se caracteriza por producir diarrea y vómitos graves, que pueden llevar a la deshidratación y la muerte si no se trata adecuadamente.
El brote de cólera morbus se extendió rápidamente por toda la ciudad, afectando especialmente a las zonas más pobres y marginadas. En total, se estima que murieron alrededor de 10,000 personas a causa de la enfermedad en la Ciudad de México durante ese año.
Ante esta situación, muchos habitantes de la ciudad se encomendaron a diversas imágenes religiosas, entre ellas, al «Señor de la Cuevita», una pequeña escultura de madera que se encontraba en una cueva en la zona de Iztapalapa. Según la tradición, los habitantes de la zona hicieron una procesión hacia la cueva y llevaron al Señor de la Cuevita hasta la ciudad para pedir su protección contra el cólera.
Después de que la imagen llegó a la Ciudad de México, se reportaron menos casos de la enfermedad y muchos habitantes atribuyeron esto a la intercesión del Señor de la Cuevita. Desde entonces, se ha venerado a esta imagen como un santo patrono de la ciudad, y su culto se ha expandido a lo largo de todo México.
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