Escocia te presenta una de esas oportunidades únicas en la vida. Si te gustaron las escenas de la serie Outlander, no puedes dejar que escape esta gran oportunidad: la isla de Rùm ofrece, mejor dicho, te seduce para que te mudes a sus tierras.
Si la actual situación mundial de pandemia te ha orillado a plantearte dudas, ten calma, respira y checa esta oferta: la isla está localizada en las tierras altas de Escocia, al noroeste de Gran Bretaña. Y quiere evitar a toda costa que su población disminuya más de lo que lo ha hecho.
Para eso te invita a establecer tu hogar en sus insondables paisajes, sus montañas y su castillo Kinloch, al más rotundo estilo medieval. Toda un viaje al pasado en pleno presente.
Una isla de Escocia casi virgen
Ya muchos amantes del turismo de aventura se han adentrado en estas tierras fantásticas, donde la naturaleza siempre tendrá una historia que susurrarte. Al sur de la isla de Skye, y pese a todos estos —literales— encantos, la isla ahora sólo cuenta con 30 habitantes.
Si quieres ser el residente número 31, debes tener al menos estos requisitos:
“Personas o familias que estén dispuestas a disfrutar del estilo de vida de la isla y que ayuden a conseguir un cambio positivo en su comunidad.”
Tan sencillo como eso. Para ti —si te decides— las autoridades de la isla construyen casas eco-friendly con precios de renta “accesibles”. Y si eso no te convence, checa: tiene ofertas de trabajo como plazas en pescaderías o en empresas del sector turístico.
Si eres parte del magisterio o lo tuyo es el cuidado y educación de los niños, tenemos otra buena noticia: solamente hay un niño inscrito en la guardería local y dos en primaria. Es decir, si no buscas empleo pero tienes hijos, te recibirán con los brazos abiertos.
Para terminar de convencerse
En Escocia hay una serie de islas conocidas como las Hébridas Interiores en los Highlands. Una de las más pequeñas es, precisamente Rùm.
El castillo Kinloch, una mansión victoriana construida por un empresario textil de Lancashire, te cautivará si decides cambiar tu residencia. Y, ¿quién sabe? Quizá un día te encuentres mirando el atardecer desde una de sus torres.
Con información de Clarin.com