Greenwich es el punto exacto entre una y otra mitad del mundo; el lugar donde comienza el conteo de las longitudes en el planeta entero. Pese a esta notable y real importancia, este lugar físico situado en Inglaterra es famoso por una línea imaginaria y porque allí se construyó el Observatorio Real astronómico en 1675, en un día como hoy hace 345 años.
Es el rey Carlos II de Inglaterra quien patrocina (u ordena) su construcción para proporcionar de manera exacta las posiciones de la Luna y las estrellas a los marineros británicos de la época (no hay que olvidar que eran los días del imperio británico como soberano de los mares).
Y en 1750 esta institución publica un hito en la historia: el Almanaque Náutico, en el cual se establece la posición del observatorio como longitud 0°. Allí comienza este viaje que te proponemos para celebrar el aniversario de este mundialmente famoso sitio.
Desde 1884 Greenwich es el punto de partida para las 24 zonas horarias en las que se divide la Tierra
Observando la inmensidad
Sí, Greenwich tiene ese aire y ambiente histórico de relevancia, pero en la actualidad hay mucho más que hacer para “pasar el tiempo”. En las calles de este distrito ubicado al oeste de Londres, hay una oferta de actividades que satisfarán la curiosidad o hambre de saber de cualquier viajero.
La joya del lugar es, sin duda, el Observatorio Real. Situado en lo alto de la colina del mismo nombre, allí puedes estar en dos partes al mismo tiempo: tomarte una selfie con un pie en cada hemisferio del planeta.
Dentro de este escaparate estelar, el Planetario te permitirá “echarle un ojo” a los cúmulos de galaxias lejanas (“far, far away”) o de nuestros acompañantes fieles dentro de nuestro Sistema Solar.
La vida cotidiana
Con una visita pausada al barrio de Greenwich sabrás qué significa en realidad la frase “típico pueblo inglés”. La imagen no puede ser más elocuente y no necesita descripción, aunque sí es útil que sepas que hay varias cafeterías independientes, además de otros comercios, y pubs británicos (obviamente) antes de llegar al legendario Greenwich Market, donde podrás comprar artesanías y antigüedades, y compre con poco para recobrar fuerzas para la siguiente parada.
Una sencilla casa
Si te gusta el ambiente de realeza británico, debes visitar la Queen’s House, el “modesto” regalo que recibió en 1616 Ana de Dinamarca, esposa de Jacobo VI, quien la mandó construir para disculparse con su esposa por haber maldecido delante de ella después que, de manera accidental, mató a unos de sus perros favoritos en una de sus cacerías.
En los terrenos aledaños a esa propiedad se celebraron en 2012 algunos de los certámenes de equitación en los Juego Olímpicos. Sólo ten cuidado si visitas el interior del inmueble, pues podrías encontrar un famoso fantasma que hizo su primera aparición en una foto tomada por turistas canadienses en 1966.
Leyendas de ultramar
¿Has escuchado hablar del famoso almirante Nelson (no el de la vieja serie Viaje al fondo del mar? Pues en el National Maritime Museum podrás admirar el uniforme que vestía cuando fue herido de muerte en la igualmente famosa Batalla de Trafalgar. También allí se encuentra la pintura más grande de J. M. W. Turner: Battle of Trafalgar.
Como “aderezo” especial a este viaje al pasado, podrás ver mapas y objetos de navegación; si viajas con niños, ellos también tienen ante sí una oferta atractiva: pueden participar de talleres de creación de cómics o vivir aventuras oceánicas.
Con información de Clarín