En la nueva realidad hay una tendencia naciente: el turismo de aldea. Sí, ya existía el turismo rural, e cual se caracteriza por visitas a localidades fuera de entornos urbanos, por lo general pequeñas, para convivir e interactuar con sus habitantes. Pero hoy, en España y Portugal, los viajeros están optando por un turismo en aldeas prácticamente deshabitadas.
No, no se trata de un distanciamiento social debido a la pandemia por coronavirus —aunque quizá debería serlo—, sino simple y sencillamente a la escasez de habitantes. Mientras más escasos sean los pobladores, mejor para el turismo de aldea.
Pedro Machado, presidente del ente público Turismo Centro de Portugal, aseguró que “este modelo que surgió de la pandemia vino para quedarse”, aunque no necesariamente se originó “por” la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Turismo de aldea en la región
Las Aldeias Históricas lusas, en la región central de Portugal, son un claro ejemplo de este turismo de aldea. Con una ocupación casi de 100% en este verano, 12 aldeas —algunas con apenas un centenar de habitantes—, como Linhares da Beira o Sortelha, tienen abarrotados sus hoteles.
Lugo de mostrar una tendencia al alza en la ocupación hotelera, en julio la región Centro de Portugal registró 22.9% y en agosto, 55.3%, pero para estas fechas casi todos los cuartos estaban ocupados, esto con base en una consulta realizada a sus 70 alojamientos asociados.
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En estas Aldeias Históricas portuguesas, ahora los visitantes extranjeros son 30% españoles, pero este año, después de la pandemia, este índice está mostrando una tendencia ascendente, indicó Pedro Machado.
La característica más sobresaliente que el turismo de aldea representó para viajeros españoles y portugueses que decidieron quedarse en la península ibérica en los meses pasados, es que en este tipo de destinos rurales no existe masificación, explicó Machado.
Por su parte, Dalila Dias, gerente de las Aldeias Históricas de Portugal, explicó que la pandemia obligó en marzo al cierre de la frontera que comparten Portugal y España, que se abrió el pasado 1 de julio, y “ese mismo día llegaron turistas españoles a nuestros destinos”.
Las autoridades portuguesas ven ya la oportunidad del turismo de aldea para su mercado interno pues, de acuerdo con Dias, la red de Aldeias Históricas está trabajando con la provincia fronteriza de Cáceres para exportar este modelo a algunas localidades de esa zona española.
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Crear la Gran Ruta (GR) de Las Aldeas Históricas de La Raya —la frontera que comparten España y Portugal– es lo que tiene ahora en la mira: si se concreta, esta nueva ruta de turismo de aldea podrá recorrerse a pie o mediante diferentes medios de locomoción.
Con información de EFE
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