La Torre de Pisa se encuentra en la Plaza del Duomo, en Italia, y es uno de los destinos predilectos de centenares de viajeros que se dan cita en este lugar para capturar en una fotografía su curiosa inclinación.
Es posible que creas que esta característica es una intención expresa de su creador; sin embargo, no es así, pues sus cimientos fueron construidos a sólo tres metros de profundidad, lo cual es muy poco para soportar una construcción de 58 metros de alto y un peso de más de 14 mil toneladas, además de que el suelo donde se encuentra es poco estable.
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Torre de Pisa: una historia de equilibrio
La primera piedra de la Torre de Pisa se colocó el 9 de agosto de 1171, y fue símbolo de poder de la República de Pisa durante la Edad Media; forma parte del complejo de monumentos alrededor de la catedral de la ciudad.
En 1178, cuando se comenzó a construir el segundo piso, la Torre de Pisa comenzó a inclinarse; el motivo parecía ser la inestabilidad del suelo, lo que ocasionó que las obras se detuvieran durante un siglo.
En 1272 se añadieron tres pisos más a la torre y se trató de compensar la inclinación haciendo plantas más altas en el extremo inclinado, lo cual curvó el inmueble.
En 1284, las obras fueron detenidas otra vez y se reanudaron en 1319, cuando se añadió un séptimo piso. Posteriormente, en 1372 se incorporó el campanario. Con el paso del tiempo se fue inclinando más; pese a esta gran inclinación, es poco probable que pueda colapsar en al menos 200 años, como aseguran expertos.
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La Torre de Pisa es un hermoso monumento de mármol de Carrara que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987; tuvo que ser cerrado al público entre 1990 y 2001 para evitar que se desplomara, pues su inclinación ya era de 4.5 metros respecto de la vertical.
Los trabajos realizados durante este periodo consistieron en retirar 38 metro cúbicos de tierra en la zona inferior de su base para restablecer su inclinación, con lo que la Torre de Pisa recuperó medio grado indispensable para consolidarse. Hoy sigue abierta al público y año con año recibe un sinnúmero de visitantes.