La Fontana di Trevi es un monumento emblemático de Roma, esta fuente atrae a cientos de viajeros de todas partes del mundo, pues todos quieren tener una hermosa foto de esta impactante fuente o arrojar una moneda para pedir un deseo; es por ello que te contamos un poco más acerca de este ícono de Roma.
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¿Por qué se llama Fontana di Trevi?
Hay diversas versiones del porque el nombre de Trevi, para esta fuente. Una de ellas apunta a que tal vez derive «Trebium», el lugar de origen cerca de la Tiburtina, otra versión se dice que es por el cruce que se forma de entre las tres calles de Collatina, Prenestina y Tiburtina donde se origina el agua que alimenta el agua y la última versión es un tanto más fantasiosa, pues narra que se invocó a la ninfa Luturna, la cual ayudó a la sequía que azotaba a la ciudad y este ser tenía un templo llamado Trevi.
La Fontana de Trevi, 🇮🇹 pic.twitter.com/7tF4EHen95
— Lluís Cat (@lluispriorat) August 4, 2019
¿Cuánto mide la Fontana di Trevi?
La Fontana di Trevi es la más grande de las miles de fuentes que existen en Roma, pues mide 26 metros de alto y 20 metros de ancho.
¿Cómo llegar a la Fontana di Trevi?
Como todos sabemos, la Fontana di Trevi se ubica en la ciudad de Roma, Italia exactamente en el Centro Histórico en la Piazza di Trevi. Si estás en esta ciudad, te recomendamos ir en metro, la estación más cercana es la estación Barberini – Fontana di Trevi, la cual es perteneciente de la línea A.
¿Qué representa la Fontana di Trevi?
La Fontana di Trevi es una representación del dios romano del océano, Neptuno, que trata de domar el agua. A los pies hay dos tritones que están tocando una caracola e intentando domar a los caballos.
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Lugar romántico
La Fontana di Trevi ha sido inspiración para el amor, pues este sitio ha sido el punto de encuentro de parejas de enamorados. Esta fama cobró impulso con la película La Dolce Vita de 1960, en la que Anita Ekberg se baña en la fuente e invita a su amado Marcello Mastroianni a seguirla, teniendo una de las escenas de amor del cine más entrañables de todos los tiempos. Esta tierna imagen fue emulada en la cinta Elsa y Fred de 2005, cuando dos abuelos intentan recrearla.