Es uno de los platillos más emblemáticos de Acapulco y con reconocimiento mundial: el pescado a la talla, el cual surgió a través del ingenio de la familia Godoy Galeana, quienes nunca imaginaron que de un placer, nacería un negocio, para después convertirse en toda una tradición gastronómica mexicana.
Se dice que los emprendedores se refugiaron en el puerto, con la ilusión de una vida mejor, así que se esforzaron para hacer realidad este sueño. Resulta que el jefe de familia se dedicó a la pesca, producto que llevaba hasta Barra Vieja, donde su Gregoria Galeana limpiaba los pescados, luego los ensartaba en varillas, para ponerlos a las brasas.
Para que la señora pudiera cocinar con mayor comodidad, levantaron una cabaña, y pronto los lugareños atraídos por el aroma que desprendía esta preparación, comenzaron a preguntar si se vendía. Fue así como el tiempo determinó todo y lugar se convirtió en el restaurante Beto Godoy, como se le conocía a su esposo.
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¿Qué comidas has probado en #Guerrero? Te recomendamos el pescado a la talla de Acapulco. #BuenProvecho pic.twitter.com/qw6ckIlS8l
— SECTUR México (@SECTUR_mx) May 21, 2016
¿Por qué se llama pescado a la talla?
Jamás imaginaron que su negocio familiar se transformaría en toda una tradición gastronómica con aproximadamente 50 años de historia, a la que llamaron pescado a la talla, cuya preparación solo requiere un huachinango o róbalo fresco que se abre a la mitad, algunas especias, chiles y una buena parrilla para asar.
Con el tiempo, la receta se enriqueció, e incluso hay varias interpretaciones de la original, como aquella a la que agregan dos salsas. Se cuenta que su nombre se debe a que los pescados tenían que ser ensartados a la misma altura o talla, para que fácilmente puedan ser colocados encima de las brasas.
El restaurante Beto Godoy, mejor conocido como la cuna del pescado a la talla aún ofrece sus servicios en la playa de Barra Vieja, uno de los favoritos por mantener el sabor inigualable de este platillo, que se disfruta por unos 400 pesos el kilo.