Como sabes, el Centro Histórico tradicionalmente tiene una actividad comercial, pero le antecede una serie de eventos que lograron definir cada rincón como ahora lo conocemos. Es en su tierra inestable, por el lago que corría durante la era prehispánica, donde se levantaron recintos majestuosos que dan muestra del poder que tenía la gente opulenta de siglos pasados.
A la vista de cualquier mortal resulta auténticas joyas arquitectónicas que dan testimonio de las corrientes artísticas que dominaron en diferentes épocas. Aproximadamente suman mil 500 edificios que refugian templos, negocios, hoteles, restaurantes, changarros, teatros, hospitales, galerías, cantinas y museos.
Muchos de estos tesoros están catalogados como monumentos históricos o artísticos. Alrededor de 668 manzanas es posible explorar sus estructuras que resume la presencia de la cultura prehispánica, colonial, independiente y moderna de nuestro país, maravillas que lo distinguen como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, desde 1987.
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Palacio Postal
No lo podrás creer, pero antes de dedicarse a la producción de estampillas y al intercambio epistolar, fue el Hospital Real de Terceros. Como nosocomio solo atendía a los miembros de la orden franciscana.
Su imponente belleza se la debemos al arquitecto Adamo Boari, quien creó una obra de estilo renacentista en 1902. El interior de este inmueble está compuesto por cristales y caprichosa herrería florentina.
Pero no es el único elemento que forma parte de su decoración, desde 1907 presume el reloj monumental que se localiza en la entrada principal, cuando se inauguró como la Quinta Casa de Correos, nombre con el cual también se le conoce.
Un dato más que deseamos compartir contigo, es que este recinto fue declarado Monumento Artístico en 1987 y, a pesar de que vivimos una revolución tecnológica, aún continúa ofreciendo sus servicios postales desde el Centro Histórico.
http://www.correosdemexico.com.mx/
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Museo del Estanquillo
Evidentemente el nombre te recuerda a uno de los grandes intelectuales del país, Carlos Monsiváis, quien donó 20 mil piezas de su colección particular a este espacio cultural, para permitir la entrada al público en 2006.
Pero el edificio originalmente fue creado a finales del siglo XIX para albergar una de las más lujosas joyerías del país: La Esmeralda Hauser-Zivy y Compañía, nombre con el cual también se le conoce, dedicada a la venta de selectas obras de arte, joyas, relojes y más, un lugar que le daban renombre al Centro Histórico.
Se trata de una pieza de estilo afrancesado y ecléctico, cuya construcción se atribuye a los arquitectos Eleuterio Méndez y Francisco Serrano, en 1890. Dos años después celebró su inauguración como tienda con dichas características, con Porfirio Díaz como invitado cuando era presidente.
Para finales de la década de los 60 se convirtió en oficina de gobierno, luego sucursal bancaria y, en algún momento se transformó en la discoteca “La Opulencia”. Fue hasta que se decidió recibir el tesoro de Monsiváis, que pasó por un proceso de recuperación para estar listo a los visitantes.
http://www.museodelestanquillo.com
La Casa de los Azulejos
En este recorrido no podemos pasar por alto uno de los monumentos más emblemáticos del Centro Histórico, también conocido como la Casa del Conde del Valle de Orizaba.
Su historia comienza cuando el predio fue adquirido por una de las mujeres más poderosas y ricas del virreinato, su nombre era doña Graciana Suárez Peredo, quien tenía un primogénito que a menudo la llenaba de preocupaciones por su vida irresponsable y parrandera.
Ante las palabras de su padre, don Luis de Vivero: “nunca harás casa de azulejo, hijo mío! Decidió contradecir tal augurio, que terminó dando vida a este palacio que hoy en día continúa exhibiendo su magnificencia.
Fue en 1737 cuando se vistió su fachada con azulejos de talavera hechos a mano en Puebla, con diseños en color azul, amarillo y blanco. También se utilizó cantera mexicana de estilo churrigueresco y desde Japón se trajeron los barandales que se pueden apreciar en los balcones. Pasó por muchas manos antes de albergar el restaurante y tienda que todos conocemos.
Antigua Escuela de Medicina
Qué de atrocidades encierran las paredes de este espacio que fue ocupado por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y que contrastan con la belleza de la arquitectura virreinal diseñada por el maestro Pedro de Arrieta, construida entre 1732 y 1736.
Es una muestra de la combinación entre piedra tezontle y cantera al exterior, que usualmente se empleaba en la época colonial, dando matices rojos y ocres que se aprecia en varios de los edificios del Centro Histórico.
Escenario donde hombres y mujeres de aquella época sufrieron las peores torturas al ser acusados como hereje, hechiceros y rebeldes. Tras su abolición como Tribunal de la Inquisición, tuvo varios dueños.
Hasta 1854 se convirtió en Escuela de Medicina, adoptando las antiguas celdas en aulas para transmitir aquello que por años persiguieron sus antecesores, ciencia, que, por el carácter de la institución, impartieron áreas dedicadas a la salud.
Actualmente es museo y alberga el departamento de Historia y Filosofía de Medicina, el Archivo Histórico de la Facultad, la Biblioteca Histórica-Medica Dr. Nicolás León y el Museo de la Medicina Mexicana.
https://www.fundacionunam.org.mx/palacio-de-la-escuela-de-medicina/