No cabe duda que el norte del país tiene grandes maravillas por descubrir, prueba de esta afirmación es la zona arqueológica la Cueva de la Olla.
De acuerdo con los expertos, es una de las evidencias que muestran cómo los primeros cazadores de la zona usaron las cavernas como refugio.
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Este impresionante lugar se halla a 67 kilómetros de Casas Grandes, Pueblo Mágico de Chihuahua. Para llegar hasta su encuentro es toda una travesía, pues primero hay que dirigir el camino hasta el ejido Ignacio Zaragoza.
Una vez allí, se recorren 2 kilómetros hasta el rancho Casa Blanca, para después seguir un kilómetro más hasta encontrar el destino deseado.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Cueva de la Olla se ubica en el interior de un “abrigo natural que forma parte de un conjunto de lugares semejantes, dentro del Valle de las Cuevas”.
Seguimos en la Cueva de la Olla
El INAH asegura que los primeros pobladores de la Cueva de la Olla se establecieron en los valles, cerca del año 1100 d.C., para consolidar, junto con los habitantes de la Cueva de la Laja y del Rincón, la Cultura Casas Grandes.
Esta zona arqueológica es testimonio fehaciente de los periodos que tuvo esta comunidad en la región. Si bien muestran cómo era el comportamiento de los cazadores-recolectores y cómo usaron estas áreas cavernosas para subsistir, también son muestra de las primeras aldeas agrícolas.
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“Hay evidencia del florecimiento y la decadencia de la Cultura Casas Grandes. Además, se sabe que fueron refugio de los grupos de apaches que estaban siendo exterminados durante la segunda mitad del siglo XIX”, explica a través de su página el INAH.