A finales de julio pasado, el buque petrolero japonés MV Wakashio encalló en isla Mauricio y provocó un derrame de ese combustible que los habitantes del lugar buscan resolver con… cabello humano.
El potencial de desastre ecológico provocado por este navío en Pointe d’Esny, un santuario de vida silvestre y humedales, es muy alto. Pero el gobierno y los habitantes de isla Mauricio están decididos a salvar la fauna, la flora y los arrecifes coralinos de esa zona donde el turismo es parte muy importante.
FOTOS | El desastre ecológico en Isla Mauricio tras el derrame de petróleo en el Océano Índico https://t.co/O8DCXoQdGf
— CNN en Español (@CNNEE) August 10, 2020
Una decisión eficaz
Es demasiada la cantidad de petróleo que contiene el buque: 4 mil toneladas de crudo, de las cuales la cuarta parte ya se derramó en la zona de encallamiento. Ante el panorama, la estrategia de los lugareños consiste en disponer una barrera de bolsas absorbentes entretejidas que rellenan con paja, caña y, así es, cabello humano.
¿Por qué optaron por este material? Más allá de que parezca una anécdota ingeniosa pero poco útil, hay mucho de práctico en la decisión de los habitantes de isla Mauricio: el cabello humano no absorbe el agua, aunque sí se le adhiere el petróleo.
Por si fuera poco, es un material biodegradable y barato, características que lo hacen un material muy superior a los dispersantes químicos sintéticos que, por lo general, utilizan en la industria petrolera para este tipo de desastres.
Esta novedosa técnica ya había sido utilizada entras ocasiones, como en el derrame de la isla de Guimarás, en Filipinas, en 2006, cuando la población del lugar inició la limpieza de un derrame de 130 mil galones de aceite de combustión.
Sin embargo, existe un “pero”: los cilindros con pelo humano, plumas y pelambre no son muy flotantes.
Una colaboración de pelos
Por toda la comunidad de Mauricio, las peluquerías han implementado una manera efectiva de recolectar las grandes cantidades de cabello que hacen falta, mediante descuentos o cortes de pelo gratis a los residentes para que hagan sus donaciones.
«Hay una gran campaña en toda la isla para conseguir pelo”, explicó a la agencia Reuters Romina Tello, fundadora de la agencia ecoturística Mauritius Conscious.
El trabajo para esta noble labor es voluntario. Instructores y practicantes de buceo, pescadores y demás lugareños se dedican a llenar de cabello, paja, caña y plumas los cilindros flotantes para contener el petróleo en la superficie del agua.
Todos se organizan con gusto en cada actividad, como operativos de limpieza y proveer alimentos o cuidar y organizar la estancia de los voluntarios en las cabañas que han habilitado para ese fin.
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Publicada por Isla Mauricio en Miércoles, 17 de julio de 2019
El promotor del cabello
Phil McCrory, un peluquero de Alabama, en Estados Unidos, fue quien observó por televisión cómo el pelo de una nutria marina estaba saturado del petróleo derramado en el famoso accidente del buque Exxon Valdez en Alaska, en 1989. En ese momento nació la técnica; después, claro, de un experimento casero.
Rellenando una media de su esposa con cabello de desperdicio de sus clientes, lo metió en la cañería de la tina, junto con una mezcla de agua y petróleo. El agua quedaba prácticamente limpia.
Para comprobar la efectividad de este técnica casero, la misma NASA hizo sus experimentos —de una manera más controlada—; así comprobó que de la filtración con este ingenioso método «sólo quedaron 17 partes por millón de crudo en el agua”. Y por eso los habitantes de Islas Mauricio apuestan por la recolección de la mayor cantidad de cabello. Ojalá consigan todo el que necesitan.
Con información de BBC