Sin duda, Puebla es de esas chicas coloridas y seductoras por su belleza arquitectónica, que se especializa en provocar corazones contentos, al llenar los estómagos de verdadero placer con su rica y variada gastronomía. Es así como se coloca entre las damas consentidas de todo viajero, gustoso de explorar sus rincones bajo caminatas que se acompañan por la vista que ofrecen los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
¿Aún no conoces Puebla? Pues te invitamos a un breve recorrido por aquellos lugares infaltables que la consagran como una de las ciudades Patrimonio de la Humanidad desde 1987. Así que sigue estas líneas en su encuentro virtual, para que la disfrutes en persona, en la nueva normalidad.
Catedral Basílica de Puebla
Para conocer la historia que antecede a cada destino, siempre es recomendable ubicarse frente y dentro de sus recintos religiosos, para admirar cada detalle que refleja la grandeza de un antepasado artístico. Este monumento arquitectónico de estilo herreriano, considerado uno de los más majestuosos a lo largo de América Latina, se comenzó a construir en 1536 y finalizó tres años después. Entre las joyas que atesora está el ciprés que forma parte del altar mayor, creado por el famoso escultor Manuel Tolsá, a finales del siglo XVIII.
Casa de la Cultura de Puebla
Si deseas empaparte de las tradiciones y novedades que propone el nuevo talento poblano, has llegado al lugar indicado, pues este centro se encarga de acercar y difundir las diferentes disciplinas artísticas que van desde la danza hasta el cine. Además sirve como escenario para conciertos, exposiciones y posee un importante acervo histórico. Por si fuera poco, es el refugio de una de las bibliotecas más importantes de México, conocida como Palafoxiana, que cuenta con más de 43 mil obras que incluyen 6 mil tomos, que pertenecían a la colección particular del obispo Juan de Palafox y Mendoza.
El Parián de Puebla
Entre las calles 2 y 4 Oriente, esquina con calle 6 Norte, se coloca uno de los tianguis más coloridos de la ciudad. Aquí se puede adquirir artesanía de todo el país, que alcanzar precios superiores a los 20 mil pesos. Después de un merecido shopping, su trayecto nos lleva hasta el museo Casa de Alfeñique, que se puede identificar fácilmente por su fachada hecha de dicho material, del cual retoma su nombre. Es aquí donde podemos hallar el traje de la China Poblana. Cada domingo la entrada es gratis.
El Barrio del Artista en Puebla
Cada séptimo día se concentran en la Plazuela del Torno o del Factor, un grupo de bohemios y artistas que transforman a este corredor en un estudio enorme que comparten con los peatones, para dar a conocer sus obras. Ahí mismo se puede sostener pláticas interesantes con cada uno de ellos y conocer de viva voz su sensibilidad e inspiración. En sus inicios fue un taller de pintores, pero con el tiempo varias artes plásticas se han adueñado de este espacio, para el deleite visual de toda la gente. Alguna piezas se llegan a pagar hasta por más de 25 mil pesos.
Mercado de Sabores en Puebla
Para muchos es el mejor punto de la ciudad, en lo que se refiere a la degustación de antojitos. Ubicado en la calle 4 y 6 Poniente, se especializa en una diversidad de manjares como los molotes de queso, tinga y papa; albóndigas en salsa verde y la tradicional cemita de ajonjolí, rellena de milanesa de res o de pollo, quesillo, pápalo, aguacate entero y su chipotle. Ahora, si andas por allá en esta temporada, te recomendamos visitar El Mural de los Poblanos, restaurante que se reconoce por ofrecer el mejor chile en nogada, al seguir los pasos tradicionales de su elaboración.
Barrio de Los Sapos en Puebla
Durante el camino se puede llegar hasta la calle 5 Oriente y 6 Norte, para visitar uno de los museos más extraordinarios al aire libre. Todos los domingos se podrán admirar verdaderas antigüedades que ofertan los anticuarios de la ciudad, desde muebles, libros, fotos, monedas, entre otros objetos. Si le sabes al juego del regateo, adelante, aquí de lo que se trata es que todos se vayan contentos con los próximos artículos que servirán de decoración en el hogar, o en el rincón favorito de tu vida.
La Pasita de Puebla
Ya que concluiste el tour por la urbe, qué tal una parada por esta cantina abierta desde 1916, que ha pasado de boca en boca, por la típica bebida que lleva el mismo nombre, que consiste en un licor de uva pasa servido en un caballito y un bocadillo de queso y pasa. Aunque no es la única delicia que aquí se paladea, también se puede brindar con un trago de sangre de bruja, la sangre del artista, la china poblana, entre otras. Además es un lugar lleno de mucho color a través de su decoración y frases que hacen reír a sus parroquianos como “Llora Elena, pasita calmó su pena”.
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