Antes que nada, hay que mencionar que después de las rosas, son las más populares en todo el mundo. Sin embargo, el grado de complejidad en sus cuidados y cultivos sí suele ser alto. Aunque lo primero que se debe de saber es que no hay una flor que iguale su número de variedades. Mientras que un tipo puede tener una flor por tallo, algunas otras albergan cientos de flores en un mismo tallo. Por lo que primero, debes elegir la correcta.
Básicamente para mantener una orquídea viva se deben balancear tres elementos: el agua, la luz y el calor.
Llevo + de 4 años cuidando esta orquídea, con sus altas y bajas. Es la mejor lección de que lo que no riegas y le pones atención, nunca va a florecer. pic.twitter.com/4UmnIZm2wi
— Mariuz Calvet (@MariuzCalvetR) September 17, 2020
Luz
Tienes dos opciones a elegir: exponerla suave o fuerte. En la primera opción, la planta estará la mayor parte del tiempo en sombra (no todo el tiempo porque puede llegar a morir) pero esto hará que sus hojas sean más verdes y las flores crezcan con poco color y menos relucientes. Mientras que con la luz directa, es decir, la exposición fuerte, tendrá las hojas verde claro pero mayor calidad y cantidad en las flores.
Calor
Depende del tipo de orquídea. Para saber exactamente cuál debe ser la temperatura ideal deberás investigar el lugar de donde proviene, algunas son cálidas que no deberán estar expuestas en la noche a menos de 18 grados, y su temperatura idea va de los 21-29 grados. Mientras que las de temperatura intermedia puede soportar hasta los -12% aunque no por un tiempo prolongado.
Aire
Recuerda que son unas flores delicadas, por lo que no deben estar expuestas ni a fuertes corrientes de aire ni tampoco sin circulación. Esta regla va para todo tipo de orquídeas, así que si planeas tenerla dentro de casa, no puede estar lejos de una ventana: tanto por la luz, como por el aire.