He aquí, una función hipnotizante de la fuerza con la que desciende su manantial entre rocas calizas, son los saltos que se nutren con los ríos Shumuljá, Otulún y Tulijá, para dar paso a las Cascadas de Agua Azul en Chiapas.
Ese tono turquesa que le da fama es el resultado de las sales de carbonatos que se disuelven en sus piscinas naturales, enmarcadas por la exuberancia de la vegetación que aquí yace.
Un color digno de admirar en su buena temporada, la cual arranca en diciembre para finalizar en marzo; meses suficientes para organizar el viaje hacia el Parque Nacional Cascadas de Agua Azul, ubicado en el municipio de Tumbalá, a 133 km de San Cristóbal de las Casas.
Es el río Agua Azul el creador de esas albercas naturales contenidas por diques calcáreos, llamados por la geología como “gours”, otro de los espectáculos que ofrece este recinto natural a todos sus visitantes.
Un destino declarado como Reserva Natural de la Biosfera en 1980, donde existe una diversidad de especies entre animales y flora. En esta casa natural hay árboles como pino-encino, liquidámbar y cuenta con habitantes como los monos aulladores, tucanes collarejo y reales.
Cascadas de Agua Azul para la aventura
Son los indígenas tzeltal sus guardianes y desarrolladores de una economía sustentable alrededor de las Cascadas de Agua Azul. Ofrecen a sus visitantes una infraestructura turística compuesta por hospedaje en cabañas, áreas para campamentos, restaurantes, venta de artesanías, entre otras actividades.
Cuentan con guías que acompañan a los de alma aventurera a explorar de una manera más intrépida la zona, para ser testigos de los paisajes que hay más allá de las Cascadas de Agua Azul , hasta llegar a saltos todavía más impresionantes.
Es así como desde las Cascadas de Agua Azul se puede navegar en kayak hacia el puente natural Xanil que tiene una altura de 30 m. Su nombre se lo otorga uno de los ríos más hermosos de México, el cual da formación a cinco saltos que también vale la pena admirar.
Para aquellos que cuentan con suficiente pericia está el rápido Gallito Copetón de clase IV, que exigen un nivel de experiencia para atreverse a desafiar su recorrido.
Antes de decirse a emprender toda esta travesía, es mejor consultar con prestadores de servicio sobre paquetes y precios. Es una destino que vale la pena descubrir a través de expertos que puedan ofrecer un tour lleno de conocimiento sobre las bondades naturales en torno las Cascadas de Agua Azul, así como la serie de actividades y deportes extremos que en ellas se practican.
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