El jade es una roca ornamental cuya belleza ha sido admirada desde tiempos ancestrales, te contamos más acerca de esta piedra.
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Simbolo de eternidad
Para los pueblos precolombinos, especialmente los mexicas, olmecas y mayas, el jade simbolizaba la eternidad, pues no cambia de apariencia con el correr de los años.
De hecho un príncipe maya declaró su amor con una frase que reza: «Mi amor por ti es tan eterno como el jade«.
Los olmecas, pioneros en el uso del jade
El pueblo olmeca fue el primero que ofrendó el jade a los dioses, pues para ellos contenía la esencia de Quetzalcóatl —la serpiente emplumada—; además, fueron los primeros que labraron el jade para elaborar joyas y estatuillas.
Para los pueblos precolombinos, el jade era mucho más valioso que el oro; incluso Hernán Cortés se sorprendió al ver que le entregaban la piedra de oro.
Piedra divina
El jade era más que una simple piedra, pues para diferentes culturas representaba la vida misma y el agua, y era asociada a diferentes deidades, como la diosa del agua, Chalchiuhtlicue; para los mayas, con Yum Kaax, la diosa del maíz.