Esta tienda de dulces mexicanos mejor conocida como Calle Real recién cumplió 180 años de hacer historia en la capital de Michoacán.
Su fama ha trascendido varias fronteras, pero no hay mejor paladar goloso que el nacional, el mismo que la impulsa a continuar su gran oficio lleno de mucho, pero mucho sabor.
Calle Real fue fundada en 1840 por Marcial Martínez en la ciudad de Morelia. En aquel entonces la dulcería llevaba por nombre El Paraíso, que además de la venta de manjares azucarados contaba con una cafetería y pastelería muy al estilo parisino.
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A lo largo del tiempo Calle Real realizó investigación, experimentó y creó auténticos dulces mexicanos que durante varios años le valieron premios nacionales e internacionales.
Cambió de propietario en dos ocasiones, la primera en 1928 y la segunda en 1939, con Luis Torres Villicaña.
Más por disfrutar en Calle Real
Esta gran experiencia e historia debía transmitirse no sólo a través del paladar, así que en 1999 se creó el Museo del Dulce. Entonces se desempolvó la colección material de recuerdos para emprender esta nueva aventura desde el punto donde comenzó todo: en la Calle Real, hoy Avenida Madero.
Este espacio cultural Calle Real narra desde los hábitos del México prehispánico, pasando por momentos históricos como el movimiento independentista y revolucionario, así como una visión de la vida de Morelia desde que arrancó la dulcería hasta nuestros días, entre muchas cosas más que sólo registra esta firma.
Dulcería de la Calle Real y Museo del Dulce, en Morelia.
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En Calle Real se pueden adquirir dulces mexicanos como las típicas morelianas, chongos zamoranos, ates, rompopes y mazapanes, entre otras delicias.
Sus empaques son amigables con el medio ambiente e incluso sus paquetes de regalo resaltan por emplear artículos artesanales, como contenedores de cerámica y madera.
Para prolongar la experiencia, Calle Real cuenta con su cafetería El Patio de Atrás, donde se degusta el original chocolate casero o una taza excelente café, acompañado de una rebanada de pastel de la casa, una nieve de pasta de Pátzcuaro La Pacanda o un exquisito ate con queso recién hecho.
Indiscutible la suma de anécdotas y experiencias que posee Calle Real, son las mismas que la colocan como una de las herederas gastronómicas en la elaboración de dulces mexicanos, los más famosos en todo el país.