Francisco I. Madero, unos de nuestros héroes nacionales, forma parte de la historia de México y de ciertas leyendas urbanas, mitos y rumores. Hoy contaremos sobre sus extrañas sesiones espiritistas.
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Durante los últimos años del Porfiriato, Francisco I. Madero se convertiría en una de las principales figuras del movimiento de la Revolución Mexicana.
Viajó a Francia, donde se interesó y aprendió acerca del espiritismo. Cuando volvió a Coahuila, Madero comenzó a practicar lo aprendido en el Viejo Continente y decidió invocar a los espíritus, los cuales comenzaron a revelarle grandes misterios.
En sus sesiones espiritistas, los entes le «dictaban» distintas declaraciones y acontecimientos acerca de la vida y situación política de México.
Se presume que entre 1901 y 1908, quien sería presidente de México recopiló una serie de diarios manuscritos con las revelaciones hechas por sus influencias del más allá.
El espíritu guía de Madero
De las revelaciones de ultratumba, las que más destacaban eran las de Raúl —que en vida fue el hermano pequeño de Francisco—, quien falleció a los 4 años de edad.
El hermanito de Madero le indicó que estaba en sus manos cambiar el destino de México, así como concebir las ideas para iniciar el movimiento de Revolución.
Tiempo después, cuando la Revolución Mexicana ya estaba en su apogeo, Raúl avisaría a su hermano que sería traicionado y asesinado, lo cual se cumplió al ser atacado por las tropas de Félix Díaz, encabezadas por Victoriano Huerta. Bastante extraño, ¿no crees?