Una paleta de caramelo forma parte entrañable de la colación moderna para las posadas y el relleno de las piñatas. En plena época navideña, te invitamos a conocer una de las más famosas y que tiene en su historia varios datos muy interesantes.
Paleta histórica
Para muchos de los mexicanos, existe una marca icónica en nuestra infancia, o juventud; son unas paletas nacida en España, mundialmente reconocidas por sus sabores y y colorida presentación.
Nos referimos a Chupa Chups; según sus creadores, es “la primera paleta en el mundo que invita a disfrutar la vida de una manera divertida”.
Hasta aquí todo está muy bien, pero ¿qué hace más especial a este “dulce delirio”? Viajemos una poco por su historia: el primer caramelo con “palito” en la historia se remonta a 1958, cuando Enric Bernat se imaginó cómo sería comer un caramelo con un tenedor.
De ese instante, en apariencia nimio pero que daría a luz a uno de los inventos más famosos de la cultura pop en todo el mundo, nació esta paleta con una dulce historia que ha acompañado a muchas infancias —y también a bastantes adultos— en un sinfín de situaciones alegres.
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El genio del bigote
Otro momento igual de mágico se presentó en 1969, cuando se planeó el rediseño de la imagen de la marca. Y para ello el encargado de esta empresa fue uno de los artistas plásticos más influyentes del siglo XX en el planeta: el surrealista Salvador Dalí.
Este iconoclasta creador se apartó de las ideas convencionales sobre las paletas de caramelo y concibió la forma de la margarita del logo de Chupa Chups, uno de los más famosos.
Dicen los expertos —entre éstos, las niñas y los niños que las han probado— que otorgan 15 minutos de paz, con sus sabores exóticos o tradicionales —fresas con crema y choco vainilla—.
De acuerdo con la marca, “se usan colorantes naturales que no son perjudiciales para la salud ni crean hiperactividad en los niños pequeños, son libres de grasas y cacahuates, además de tener sólo 45 calorías”.
En este caso, sería difícil no volver a saborear una de estas paletas cuando la encontremos con su característica envoltura de colores. Y quizá pensaremos en un bigote largo y ensortijado cuando miremos con detenimiento la margarita amarilla.
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