En la CDMX puedes hallar un sinfín de objetos para coleccionistas, unos menos comunes que otros, como los vinilos. Sí, esos discos negros que se tocaba en una tornamesa han tomado un segundo aire, sobre todo en negocios que han decidido emprender nuevas líneas de negocio.
Discodelic-Fhauna es una tienda de vinilos que abrió sus puertas a finales de 2020, en el primer piso del Cine Tonalá, en la entrañable colona Roma. Es un proyecto conjunto entre Discodelic y Fhauna, que sumaron esfuerzos para abrir una tienda de música en esos formatos que en apariencia se encontraban en el olvido y han rejuvenecido en estos tiempos.
El fundador de Discodelic, Rubén, mejor conocido como Ruffy TNT, es un coleccionista de hueso colorado de discos, pasión que lo ha llevado a recorrer el mundo en busca de música de gran formato. Por esta razón abrió en Guatemala la primera sucursal de Discodelic y tras 18 meses trajo el concepto a la CDMX.
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Vinilos a todo ritmo
Discodelic centra su oferta musical en géneros como el jazz, soul, cumbia, salsa, mambo, latin funk, boogalo y sonidos caribeños; mientras, Fhauna es un lugar que emergió de las cenizas de Discos Mono e inclinó su catálogo hacia los géneros experimentales como la electrónica y psicodelia.
La especialidad de Fhauna son los vinilos de 12′, 10′ y 7′, aunque también cuentan con cassettes, CD en ediciones especiales y merch de sellos, bandas, artistas gráficos o festivales locales e internacionales.
Sin embargo, en Discodelic-Fhauna no sólo encontrarás discos de vinilo, también libros relacionados con el mundo de la música, playeras y los tradicionales cassettes. En estos tiempos de contingencia sanitaria, puedes adquirir sus productos por medio de sus redes sociales y sitio web.
La visión de Discodelic-Fhauna va más allá de una simple tienda de vinilo, pues planea incursionar de lleno en el mundo digital con algunos streamings de DJ invitados, además de abrir una sucursal en San Francisco, en California.
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Cabe recordar que el declive de los discos de vinilo comenzó en la década de 1980 y se fue acrecentando a medida que se consolidó el CD, porque estos pequeños formatos ofrecían «ventajas» como la anulación del peculiar ruido en el proceso de lectura, provocado por el roce de la aguja al deslizarse entre los surcos de la superficie del vinilo.
En la actualidad, el CD está viviendo el mismo destino de los vinilos tras la llegada de los formatos digitales y las plataformas de música que ofrecen un amplio catálogo de música. Sin embargo, la melancolía y la calidad musical de esos grandes formatos han sido fundamentales para que permanezcan vigentes y hayan cobrado mayor fuerza.
- ¿Dónde? Tonalá 61, primer piso, colonia Roma Sur, CDMX.
- Horario: de miércoles a sábado de 13:00 a 18:00 horas.
- Contacto: fhaunamx y discodelic.records.