El escribano era le encargado de escribir en papel – ya sea con tinta o conforme avanzó el tiempo con máquina de escribir – las ideas, noticias y demás palabras que deseaban expresar todas aquellas personas que no saben leer ni escribir, que eran muchos a mediados del siglo XIX.
Los escribanos podrían encontrarse en plazas, mercados y demás sitios públicos; mucha gente acudía a ellos para que les leyeran cartas que les eran enviadas y poder responderlas, también los buscaban cuando querían redactar alguna carta de cualquier tipo.
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"Le sobraba tanto amor por dentro que no sabía qué hacer con él, y se lo regalaba a los enamorados implumes escribiendo para ellos cartas de amor gratuitas en el Portal de los Escribanos."
— César Bolívar (@cesarbolivar08) June 19, 2020
– El amor en los tiempos del cólera pic.twitter.com/6QxZpwwCDs
El escribano en la literatura
Un ejemplo de este oficio lo relata Gabriel García Marques en su obra El Amor en los Tiempos del Cólera, donde el personaje de Florentino Ariza se iba al Portal de los Escribanos en la Ciudad de Cartagena, Colombia, donde de manera gratuita escribía cartas para los enamorados analfabetos. En esos días, dos enamorados acudieron a él para escribirse y responderse cartas; este amor dio frutos y por una conversación de ambos se dieron cuenta que las cartas estaban escritas por el mismo escribano y decidieron ir a buscarlo para que fuera el padrino de su hijo recién nacido.
1/3 En la Plaza de Bolívar de Cartagena, queda el Portal de los Escribanos a que se refiere García Márquez en El amor en los tiempos del cólera, donde Florentino Ariza… haz click y te cuento el resto https://t.co/XGP7TfIRp0 pic.twitter.com/hvD7ZyhQie
— Las Historias de Adelina (@adelinacovo) April 26, 2019
Actualmente ese oficio está casi desaparecido, pero aún en algunas plazas de pueblitos de Latinoamérica hay personas que desarrollan este oficio con el cual ayudan a distintas personas que no saben leer y escribir.