Hay historias alrededor del mundo que pasan a la posteridad, tal es el caso de Teresita de Jesús Baeza Ríos, la mujer que escribió su nombre con letras de oro, al obtener el récord mundial por ser la primera persona en dormir en el cráter del Popocatépetl.
¿Dormir en el cráter del Popocatépetl?
Así es, por increíble que parezca, Teresita de Jesús Baeza Ríos, oriunda de la CDMX, logró tan increíble proeza e inscribió su nombre el libre mundial de récords tras dormir durante cinco días y cinco noches en el cráter del Popocatépetl.
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El grado de complejidad fue mayor y de ahí su relevancia, ya que el Popocatépetl es un volcán que he presentado una constante actividad durante las últimas décadas, lo cual hizo que esta proeza se convirtiera en un récord mundial que pocos pueden igualar.
El interés de Teresita por el alpinismo nació desde su juventud y se fue acrecentando con el paso del tiempo, hasta que tomó clases de media montaña, pero su afición fue en aumento, así como su interés por la alta montaña, pese a la negativa de sus profesores.
La oportunidad dorada
Cuando estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM (CCH) tuvo la oportunidad de conocer al grupo de alpinistas Reinhold Messner, posteriormente recibió una invitación para realizar una excursión al Iztaccíhuatl y sin dudarlo aceptó.
La expedición a la que fue invitada como corresponsal gráfica se llamó «Por las joyas del Iztaccíhuatl«, y consistía de un recorrido de los pies a la cima, y bajando por el cuello. Gracias a su excelente trabajo se registró de forma oficial el 22 de enero de 1988.
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Posteriormente se le dio la oportunidad de asistir a un concurso en el Popocatépetl, en el que tenían que rescatar un banderín del cráter. Viendo la oportunidad, Teresita le pidió al presidente del grupo descender en solitario y tras el apoyo de su grupo el permiso le fue concedido.
Debido a las condiciones y riesgo, el reto para Teresita era mucho, por lo que su preparación debía ser extenuante y precisa. Cabe mencionar que no fuer la primera persona en descender al cráter del Popocatépetl, pero sí la primera en dormir en su interior.
El descenso estaba contemplado para el 20 y 21 de febrero de 1988; sin embargo, las condiciones climáticas no lo permitieron y se pospuso hasta el 26 de marzo. Pernoctó en el cráter del Popocatépetl del 26 al 1 de abril, imponiendo un nuevo récord mundial.