La gastronomía de México es muy vasta y algunas de sus más deliciosas creaciones tienen su origen desde tiempos inmemoriales, el Atlaquetzalli es el claro ejemplo de ello, esta es una bebida hecha a base de cacao que era consumida en Tenochtitlán y Teotihuacan.
Significado de Atlaquetzalli
Es una palabra armónica, eufónica y sonora que significa «agua preciosa» y consta de una bebida prehispánica que se elaboraba para los tlatoanis, sacerdotes y nobles. Está hecha de cacao, al igual que muchas otras como el Chilate, Tascalate, Popoh, Tejate, Pozol, todas ligadas a nuestras raíces ancestrales.
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Leyenda y origen del Atlaquetzalli
El origen de esta bebida ancestral basa su existencia en una antigua leyenda que dice que Quetzalcóatl hurtó un árbol de cacao del paraíso de los dioses y lo plantó en Tula, Hidalgo.
Luego pidió a Tláloc que enviara lluvia a la tierra para que el cacao pudiera crecer. Posteriormente, le solicitó a Xochiquetzal (diosa del amor y la belleza) que le diera a la planta unas hermosas flores.
Una vez que el árbol dio frutos, Quetzalcóatl seleccionó y limpió las vainas, extrajo las semillas, dejó que se secaran y luego las tostó. Luego pidió a las mujeres que le ayudarán a moler las semillas en un metate; por último, extrajo un licor y les enseñó a preparar el Atlaquetzalli, también conocida como bebida de los dioses, ya que todos contribuyeron al crecimiento y florecimiento del árbol del cacao.
Según menciona el Códice Florentino, Fray Bernardino de Sahagún relata que el Atlaquetzalli se vendía en los mercados y era considerada una bebida afrodisíaca, por lo que se usaba principalmente en ceremonias nupciales.
Receta
Ingredientes
- Semillas de cacao
- Vainilla
- Chile
- Hoja santa
- Orejuela
- Teonacaztle
- Miel de abeja
- Flor de magnolia
- Acuyol
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Preparación
Todos los ingredientes se muelen y se dejan remojar, posteriormente pasan por un proceso de filtración y se espuman para obtener una bebida rojiza, espumosa y amarga que era ofrecida principalmente a personas de gran linaje. El Atlaquetzalli se servía en una jícara con un batidor y una base de piel de ocelote.
Hoy en día, la receta original ha sufrido algunas modificaciones, ya que ahora solo se usa cacao, chile, pétalos de flor de magnolia, pimienta y hoja santa.
