Si aún no has explorado la Segunda Sección de Bosque de Chapultepec, entonces incentivamos tu recorrido con una de las verdaderas joyas que posee su Segunda Sección: el Museo Jardín del Agua, donde se descubre el funcionamiento de la red de suministro de este recurso en la CDMX y se concientiza sobre la importancia de dicho elemento.
El recinto se ubica justo frente a la desaparecida Feria de Chapultepec y se trata de un espacio verde, místico, húmedo y musical, con una impresionante galería al aire libre, que además se rodea por impresionantes obras de arte, realizadas por reconocidos artistas y arquitectos.
La zona estaba deteriorada, así que el Fideicomiso Pro-Bosque de Chapultepec junto con el Museo de Historia Natural y el Sistema de Aguas de la CDMX, comenzaron su rescate en 2011. Tuvieron que pasar un par de años para arreglar senderos, fuentes, jardines y dar vida al Museo Jardín del Agua.
Durante tu visita al Museo Jardín del Agua, descubrirás todo acerca del complejo y fascinante universo que concentra el Sistema de Aguas y cómo se conecta con la ciudad, pero también se explorarán la historia que envuelve al lugar, la cual comienza desde la época prehispánica y pasa por porfiriato, hasta nuestros días.
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¿Qué curiosidades guarda el Museo Jardín del Agua?
Pero hay un momento donde el arte se fusiona con todo este concepto entre 1942 y 1951, donde se realiza toda una primera remodelación que se complementa con la construcción del famoso Cárcamo de Dolores, con el mural “El agua, origen de la vida” pintado por Diego Rivera, Rinal Lazo, Diego Rosales y Marco Antonio Borreguí, creación que atraía a decenas de personas para observar el caudal de agua proveniente de Lerma.
Además, frente al cárcamo se modeló un mural bajorrelieve de Tláloc, el cual requirió miles de piedras de distintas tonalidades, una obra más de Diego Rivera. También intervino el arquitecto Leónidas Guadarrama, quien añadió cuatro fuentes enormes en forma de serpientes y con motivos prehispánicos, que rodean las cisternas de agua.
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Poco a poco todo este esplendor quedó en el abandono, pero en la actualidad cobró todo su esplendor, gracias a las obras que se emprendieron en 2011, cuyo proyecto sorprendió con la creación del Museo Jardín del Agua, que terminó por enaltecer cada uno de estos elementos que le rodean.
Con la presencia del Museo Jardín del Agua -de 16.5 hectáreas- y la restauración de los senderos, se plantaron nuevos árboles y se añadieron jardines de cactáceas. Pero también una obra de ingeniería sonora del artista Ariel Guzik: Cámara de Labdoma, donde el movimiento del agua que corre en el subsuelo emite un concierto de sonidos. No dejes de visitar este increíble espacio abierto, que invita a la reflexión sobre el vital líquido.
Costo:
22 pesos por persona
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