El Museo Guggenheim es el último de la fila. En Nueva York, al menos. Luego de que el Met (Museo Metropolitano de Arte) y el MoMA (Museo de Arte Moderno), en Estados Unidos, se animaran el pasado agosto a romper con el cierre por la pandemia mundial derivada del coronavirus, el Guggenheim hará lo propio el próximo 3 de octubre.
En la entrada del Guggenheim, un letrero sobre la obligatoriedad de llevar cubrebocas es uno de los pocos elementos que dentro de este recinto recuerdan que vivimos en la era de la pandemia. Metros atrás, un gran tractor custodia el exterior y dará la bienvenida a los visitantes, quienes accederán al gran patio del museo pisando fotografías pegadas en el suelo del Guggenheim.
Estas imágenes de animales, verduras, avances técnicos y estatuas de la época clásica forman parte de la exposición Countryside, The Future (Campo, el futuro), que el pasado marzo se vio interrumpida.
El Guggenheim reanima a Nueva York
“Consideramos que nuestra audiencia serán principalmente los neoyorquinos cuando abramos (al público general el próximo 3 de octubre) y creo que dada la experiencia que todo el mundo ha tenido en los seis meses recientes, este es un gran lugar para venir y quizá sentir un poco como que la vida ha regresado”, afirma a EFE Trevor Tryell, director de Operaciones del Guggenheim.
Tryell está seguro de que la apertura del Museo Guggenheim contribuirá a revitalizar la vida cultural de Nueva York, junto con la vuelta paulatina de otras instituciones del sector, que ya acumulan pérdidas millonarias por los cierres forzados.
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Es precisamente con la gran exposición Countryside, The Future con la que reabre La Pinacoteca del Guggenheim, diseñada por el estadounidense Frank Lloyd Wright (1867-1959) y declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Como una mirada profética de lo que vendría, esta muestra ofrece una visión sobre los problemas ambientales, políticos y socioeconómicos urgentes, según la mirada de los arquitectos y urbanistas Rem Koolhas y Samir Bantal.
En las galerías que ascienden en espiral hacia la gran cúpula transparente, hay espacios dedicados a la música country, al reflejo del campo en los juguetes o a cómo distintos países han abordado a lo largo de la historia su política rural, desde Francia hasta Estados Unidos pasando por Qatar o la Unión Soviética.
Pollock monumental
Luego de seis meses, otra gran obra ya esperaba mostrarse al público de nuevo. El Mural (1943), de Jackson Pollock, con la que uno se “tropieza” al entrar en el Museo Guggenheim. Megan Fontanella, comisaria de la exposición, declaró que “esta es una gran oportunidad para estar en la intimidad con una pintura que fue realmente transformativa para Jackson Pollock. 1943 fue realmente un momento en el que su estilo estaba cambiando, evolucionando y este es su primer trabajo en esta escala realmente monumental”.
El Museo Guggenheim también expone otras tres obras de menores dimensiones de Pollock. En una sala conjunta, muestra trabajos de distintos artistas de las década de 1960 y 1970, inspirados en el estilo del pintor estadounidense, como Richard Serra.
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¿Cómo ver esto si apenas el Museo Guggenheim abrirá el próximo 3 de octubre? Hasta un día antes, sólo los amigos y mecenas del Guggenheim podrán entrar para admirar la frase impresa sobre el techo de la última galería: «Si vives en las ciudades no vives en la parte más bonita del mundo; el mundo se vuelve remoto y experimentas el sufrimiento de la naturaleza de segunda o tercera mano. El turismo no ayuda”. Fuerte declaración.
Con información de EFE
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