Centro Ceremonial Otomí: lugar lleno de símbolos ancestrales

Un espacio donde esta cultura aún practica ceremonias y es un punto de encuentro para el debate entre sus líderes 

Centro Ceremonial Otomí
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Seguro alguno de ustedes ha visitado el Centro Ceremonial Otomí y sabe que dentro de este recinto se vive una atmósfera mágica y relajada, ideal para meditar, practicar yoga, o simplemente para contemplar el cosmos boscoso que lo rodea.

Llegar hasta el Centro Ceremonial Otomí significa conocer Temoaya, que se localiza a 37 kilómetros de la ciudad de Toluca. Este municipio del Estado de México es famoso por sus tapetes, que atraen al turismo nacional e internacional hasta sus talleres y tiendas artesanales.

Es el lugar ideal para saciar el apetito, así que hay que disfrutar una degustación de hongos en la Finca la Venturosa, que ofrece una diversidad de platillos especializados en setas, que cosechan ahí mismo. Además ofrece servicio de cabañas.

Pero si la idea es solo acudir al llamado del Centro Ceremonial Otomí, entonces dediquemos estas líneas para compartir la experiencia que se vive en su interior. Así que te contamos que se ubica a las faldas del Cerro de la Catedral, a una altura de 3 mil 200 metros sobre el nivel del mar.

Razón para atraer a deportistas de alto rendimiento como el campeón Julio César Chávez; un ambiente natural para concentrarse en entrenamientos rudos. Además es el escenario de eventos musicales y personaje de varios videos de estrellas hasta internacionales.

A pesar de su fama, pocos saben el valor histórico y ancestral que tiene para las comunidades indígenas de la zona, quienes jugaron un papel importante para el levantamiento del Centro Ceremonial Otomí, el cual se inauguró en 1980 para dar continuidad a sus usos y costumbres.

Símbolos del Centro Ceremonial Otomí

Los cronistas del lugar cuentan que su construcción fue obra de los arquitectos Iker Larrauri y Carlos Obregón. Juntos emprendieron un proyecto de la mano del pueblo otomí, para que el Centro Ceremonial pudiera contar con los símbolos representativos de esta cultura y poder llevar a cabo sus rituales.

Si recuerdan, la explanada principal muestra tres lenguas de fuego, es en este punto donde se realiza la Ceremonia del Quinto Sol. Cada 18 de marzo se agradecer la llegada de la primavera y el renacimiento de un nuevo ciclo.

Justo en este punto hay 365 escalones que representan los días del año, las cuales conducen hacia el Coloso, que personifica al fuego. También sobresalen 52 serpientes que representan el número de años para llegar a un siglo otomiano.

Claro, no olvidemos de los Conos, si los han contado son 12 para recordar los meses del calendario. La piedra que se visualiza en medio de estos se conoce como “Hyadii”, el Nuevo Sol, una obra del artista Pedro Cervantes.

Pero regresando al primer nivel del Centro Cultural Otomí, podemos presenciar el mural “Da’Mishi” o “jaguar que camina y habla”; del artista plástico Luis Y. Aragón, que representa las etapas de la cultura otomí.

Frente a la explanada principal está el Salón del Consejo Supremo, que reúne a sus líderes para tratar diversos temas y en la parte de abajo se halla el museo, con aproximadamente 2 mil piezas.

Ahora que conoces el significado de cada monumento y pintura que se halla en el Centro Ceremonial Otomí, seguramente tu próxima visita tendrá un significado diferente, donde podrás experimentar tu propio ritual de fascinación por este destino.