Los alpinistas de varios países del mundo tienen sus “Ochomiles” (cumbres de más de 8 mil metros de altura sobre el nivel del mar) como retos, pero en México hay montañas que no sólo sirve para poner al límite tus capacidades humanas; en muchas puedes hacer hiking o excursionismo, así como rappel y alpinismo. No importa que no seas profesional; la meta es divertirse y estar en contacto con la naturaleza.
Las montañas que te mostraremos a continuación tienen rutas turísticas diseñadas para que puedas internarte en sus territorios de la manera más segura posible; sin embargo, siempre es recomendable que asistas a esas aventuras con un guía experimentado, además de todas las medidas de precaución que esta actividad exige, como el calzado y la ropa adecuados.
Una vez cumplidas estas medidas, de seguir las indicaciones del guía y de viajar, de preferencia con condiciones climáticas adecuadas —checa los pronósticos de la montaña que tengas en mente—, la experiencia y las vistas del paisaje serán únicas y querrás regresar.
El cerro del Tepozteco
En el estado de Morelos, al sur de la Ciudad de México, se encuentra el pueblo de Tepoztlán, el cual es la cuna de este cerro imponente por su belleza. Los lugareños y algunos viajantes le confieren poderes mágicos a esta montaña.
La subida no es fácil si no acostumbras a hacer ejercicio, pero una vez arriba podrás ver las ruinas de un adoratorio dedicados a dioses mexicas.
Con una altura de unos 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar, en la cima verás los extensos valles de este hermoso y caluroso estado.
Nevado de Toluca
Esta montaña, también conocida como Xinantécatl (del náhuatl “hombre desnudo”), es un volcán inactivo que tuvo su última erupción hace 10 mil 500 años. No te preocupes, que de acuerdo con los vulcanólogos, es muy difícil que vuelva a activarse.
Ubicado en el valle de Toluca, en el Estado de México, en la carretera a Temascaltepec, se recomienda visitarlo en invierno para disfrutar de la nieve en todo su esplendor. Sólo un favor: no extraigas del lugar ningún espécimen de flora o fauna, porque no existe la suficiente conciencia sobre su conservación, pese a que se cambió el estatus del volcán de Área Natural Protegida a Área de Protección de Flora y Fauna.
Ya en la cima, a 4 mil 680 metros de altura sobre el nivel del mar, podrás ver el cráter y el lago que se allí permanece sin ser perturbado. Una imagen casi mística.
Iztaccíhuatl
Este volcán archirreconocido como la Mujer dormida es uno de los favoritos para la práctica del hiking. En comunión con el Popocatépetl (este sí, un volcán activo) forman una sierra nevada sin comparación en el planeta.
Su ascenso dura aproximadamente unas nueve horas y se requiere una adecuada condición física, además de ciertos conocimientos de alpinismo y senderismo.
Después del Pico de Orizaba y del Popocatépetl, es la tercera montaña más alta de México, y forma parte del Parque Nacional Izta-Popo.
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Pico de Orizaba
A 5 mil 636 metros sobre el nivel del mar, en Orizaba, Veracruz, se encuentra la montaña más alta de este listado —en sí, es la cumbre más alta de México—. Conocida también como Citlaltépetl (“Monte de la estrella”, en náhuatl), es un volcán inactivo.
La ruta más socorrida por los alpinistas es por la cara oeste (a la cual se entra por el lado que da a Puebla), hacia la Ruta Norte, conocida como Piedra Grande. Desde ese punto, el camino es cuesta arriba.
La Malinche
En lo límites de los estados de Tlaxcala y Puebla se encuentra esta montaña con 4 mil 420 metros de altura sobre el nivel del mar, cuyo nombre se debe a un personaje a veces controversial, pero pocas veces entendido de la historia de México: La Malinche.
Es una de las mejores opciones para los principiantes, pues cuenta con una gran cantidad de senderos planos, así como con arenales.
En el cráter de este volcán podrás ver coronado tu esfuerzo, pues la vista panorámica alcanza a los otros dos picos más altos de nuestro país: Iztaccíhuatl y Popocatépetl.
