Si se trata de vivir una experiencia extrema, entonces tienes que dirigir tus pasos hacia El Arenal, ubicado a 30 km de la ciudad de Pachuca, en Hidalgo. Dentro de los territorios de este municipio encontramos la cueva del Penitente, enigmático lugar para practicar uno de los deportes más intensos: la escalada en roca.
Desde este pueblo hay que viajar en carretera alrededor de 10 minutos para llegar hasta las faldas de la cueva del Penitente; sin embargo, para arribar justo donde inicia la aventura, todavía hay que hacer un recorrido a pie durante unos 25 minutos más.
En el camino podrás encontrar un primer sector de escalada deportiva que se conoce como La Colmena, donde se puede seguir alguna de las 19 rutas cortas que dispone. Pero las sorpresas se siguen develando a tus sentidos, antes de arribar a la cueva del Penitente.
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Cueva del Penitente, una de las más populares
Durante esta travesía encontrarás un desplome que se conforma de aproximadamente cinco rutas cortas, hasta que finalmente se presenta frente a ti la cueva del Penitente, donde hay unas 19 rutas más por explorar. Éstas son verticales en la entrada, mientras que las internas son desplomadas y de techo.
A diferencia de otras bellezas naturales que también son aptas para la práctica de este deporte, la cueva del Penitente es una de las más populares dentro de la comunidad escaladora, porque sus pendientes se pueden visitar en cualquier época del año.
Los expertos comparten que las ruta clásicas de la cueva del Penitente son Trauma, la cual es corta; pero también está Matanga, que requiere de mayor resistencia por ser más larga.
Otras rutas son Penitente y Rarotonga. Para beneplácito de la comunidad que se especializa en esta disciplina, la escaladora Isabel Chere Silva logró conquistar dos de estas travesías.