Museo Virreinal de Zinacantepec, legado arquitectónico y artístico de los franciscanos

El 5 de julio de 1980 el Museo Virreinal abrió sus puertas al público

Museo Virreinal, legado franciscano
Foto: @abadia86/Instagram

En Zinacantepec, población colmada de una riqueza natural, cultural e histórica característica del Estado de México, se encuentra el Museo Virreinal, cuya sede es el exconvento San Miguel Zinacantepec, construido durante el siglo XVI por la orden de los franciscanos. Este recinto es un digno exponente del arte del periodo colonial de México.

El exconvento de los franciscanos mantuvo esa función hasta 1860, cuando fue convertido en casa parroquial.

Te podría interesar: Zinacantepec, mucho más que el Nevado de Toluca

Su construcción fue solicitada al virrey por el encomendero Juan Sámano, quien se encontraba a cargo del pueblo. De acuerdo con un códice franciscano de 1569, la edificación de este recinto fue auspiciada por la familia del mismo nombre (Sámano).

En 1934 el Museo Virreinal fue declarado Monumento Nacional y restaurado de 1977 a 1980. El 5 de julio del mismo año abrió sus puertas al público como museo, con el objetivo de preservar y difundir el acervo colonial y virreinal del poblado de Zinacantepec.

El Museo Virreinal está conformado por varios espacios: atrio, capilla abierta, bautisterio, anteportería y portería, claustro bajo, sala de profundis, anterrefectorio y refectorio, alacena, cocina, despensa, claustro alto, pasillo ambulatorio, celdas (dos normales y una principal), biblioteca, sala de virreyes, corredor de claustro alto, celda de oración o sala de capítulos, sala de visitas importante y sala de exposiciones temporales.

En síntesis, cuenta con 20 salas permanentes en las que se recrea la vida de los conventos franciscanos en el valle de Toluca, por medio de pinturas, utensilios, objetos y demás elementos de uso cotidiano.

Te podría interesar: Arte tequitqui: fusión plástica que rinde tributo al pasado prehispánico

En el exterior del Museo Virreinal se encuentra la capilla abierta, donde se pueden observar tres iconos históricos y culturales del pueblo de Zinacantepec.

Pila bautismal

La historia de la pila bautismal del Museo Virreinal comienza en el siglo XVI. Está elaborada en piedra y mezcla los estilos colonial y español. Era importante porque acercaba a los pobladores al primer sacramento, abriéndoles las puertas a la Iglesia cristiana en esta región.

La pila bautismal se labró a partir de un impresionante monolito sobre un pedestal, posee un bajorrelieve escrito en náhuatl que traducido se lee: «En el año 1 del señor, 1581, esta pila bautismal y también el bautisterio se hizo de acuerdo con el deseo de Martín de Aguirre, en el pueblo de Zinacantepec».

Cuenta con cuatro medallones que muestran a San Miguel Arcángel peleando contra el diablo, otro a San Miguel de Tours, un santo europeo. Un tercer medallón representa la Anunciación de María, y el último, el bautizo de Jesucristo por Juan El Bautista.

En resumidas cuentas, la pila bautismal es un símbolo que muestra el trabajo en conjunto de frailes y habitantes de los pueblos originarios para construir su espiritualidad.

Árbol de San Francisco

Fue construido hace 400 años siguiendo el modelo de Árbol de Jesé. La imagen del atrio del convento es una representación de este mismo y consta de tres elementos básicos: raíz, vara y flor, asociados con la figuras de Jesé, María y Cristo.

En esta representación se observa a Jesé, de cuyo vientre emerge un árbol de donde aparecen algunos antepasados de Cristo, siendo San Francisco la figura principal. Toda la pintura representa a la familia espiritual de la orden franciscana, destacando la figura de Santa Clara, fundadora de la hermandad.

Retablo

La pintura central representa al Arcángel Miguel, patrono del convento y del pueblo de Zinacantepec, acompañado de apóstoles y demás arcángeles junto a Dios Padre.

El Museo Virreinal es una parada obligada que debes visitar cuando las condiciones sanitarias te permitan acudir al llamado de Zinacantapec.