El pueblo Cerro de San Pedro quedó prácticamente abandonado años atrás; sin embargo, sus actuales —y pocos— habitantes comparten historias y anécdotas de esta región de San Luis Potosí durante sus años de bonanza.
Este asentamiento experimentó una notable riqueza minera; la gente se trasladaba desde otras regiones al naciente San Luis Potosí para vivir en Cerro de San Pedro, todo para seguir a sus familiares mineros.
Cerro de San Pedro se ubica a 22 kilómetros de la capital de San Luis Potosí; enclavado entre áridos cerros, socavones y viejos tiros de mina, posee un encanto fantasmal que atrae a cientos de viajeros nacionales e internacionales.
El Cerro de San Pedro es rico en historia y tranquilidad; sus ruinas, templos, calles, viviendas y sus múltiples parajes son dignos de recorrerse despacio. Cuenta con un pequeño museo minero y muchos vestigios para fotografiar, los cuales se encuentran rodeados de arbustos, yucas y cactus.
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Orígenes de Cerro de San Pedro
El silencio y la ululante ventisca son los mejores guías para recorrer el pueblo semifantasma de Cerro de San Pedro. En esta región habitaron los pueblos originarios huachichiles; se dice que fue Cualiname quien dio a conocer el oro a un fraile franciscano, quien a su vez avisó al capitán Miguel Caldera para que enviara una expedición a cargo de Gregorio de León, Juan de la Torre y Pedro de Anda.
Pedro de Anda nombró el lugar como Cerro de San Pedro del Potosí, en honor al santo del mismo nombre y Potosí —aludiendo así, probablemente, al cerro de Potosí—. Aquí existen dos monumentos históricos que debes conocer: la Iglesia de San Nicolás Tolentino, patrono de los mineros, y el Templo Parroquial de San Pedro Apóstol, el cual estuvo a punto de derrumbarse tras una perforación del túnel minero en 1765.
El Museo de Rocas y Minerales es otro imperdible; allí aprenderás más sobre las actividades que se realizaban en este sitio durante su época de mayor esplendor minero. A 10 kilómetros de ahí se localiza Monte Caldera, una comunicad que creció alrededor de una vieja hacienda minera.
En Monte Caldera, al que se puede llegar en bicicleta de montaña, se encuentra la Iglesia del Señor de San Pedro, monumento del siglo XIII.
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De vuelta en Cerro de San Pedro, nada mejor que caminar por sus calles empedradas, conocer las actividades culturales que ofrece —como el Festival del Cerro, que se celebra en marzo—, así como probar sus exquisitas delicias gastronómicas, como la barbacoa, las carnitas, el chicharrón y los frijoles puercos. Y para el postre, una melcocha o una miel de tuna, sin olvidar el tradicional pulque o el mezcal.
En Cerro de San Pedro hay una mina que fungió como cárcel, la cual se puede recorrer con la ayuda de un guía que narra la historia del lugar, de los mineros y de los presos. Los fines de semana es posible acceder a los talleres de artesanías y la tienda El Guachichil para comprar souvenirs.
Cabe mencionar que el escudo de San Luis Potosí hace referencia a la riqueza minera del Cerro de San Pedro; consta de la imagen de San Luis, rey de Francia, posado en el Cerro de San Pedro, y a su lado hay lingotes de oro y plata, así como elementos representativos de la entidad.