Se dice que Che Uinic es un gigante de la mitología maya que habita en la selva de Yucatán, sembrando el terror en las noches cuando sale a cazar para satisfacer su apetito con carne humana, su favorita.
Cuenta la leyenda que es un ser monstruoso con cuerpo peludo de color rojo, carente de coyunturas y con los pies al revés, característica que lo vuelve torpe a la hora de caminar. Sin embargo, posee una voz grave y fulminante, capaz de paralizar de miedo a cualquiera.
Quienes aseguran haberlo visto, le atribuyen poderes sobrenaturales y que habita en cavernas entre la espesura de la selva, donde no hay grandes poblados ni comunidades pequeñas a su alrededor.
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Báalamo’ob: Che Uinic.
— Aguamala Estudio (@AguamalaEstudio) February 26, 2019
El Che Uinic es un gigante que habita en los bosques del Mayab. Dice la leyenda que come carne humana, carece de coyunturas y que tiene los pies al revés, lo que le ocasiona problemas al caminar.#mitología #culturamaya #yucatan #videogame pic.twitter.com/qppjU3x43J
¿Dónde se ha visto a Che Uinic?
El nombre de este escalofriante ser se deriva de los vocablos mayas wíinik, «hombre»; ch’éej, «monte», o che’, «árbol, madera, palo». De acuerdo con los habitantes de esta región maya, se puede traducir como «el hombre de los montes» o el «hombre de los bosques«.
CHE UINIC (MITOLOGÍA MAYA)
— Einar Hvitsärk (Solo Hiram) (@HiramNEON) May 20, 2020
El Hombre de los bosques, también conocido como Che Uinic, es un gigante de cuerpo con forma de pirámide color rojo y carente de huesos y coyunturas. Esta última característica, aunada al hecho de que tiene los pies al revés, le causa algunos pic.twitter.com/rgWrY6CXQ3
Algunas personas aseguran haber visto al también llamado Pie Grande yucateco rondando en la selva de Yucatán, en el municipio de Tecoh y por la Ruta Puuc de Campeche, que abarca cinco zonas arqueológicas: Edzná, Tohcok, Chunhuhub, Xcalumkín y Kankí.
Así que cuidado en tu próxima visita a estos sitios, porque si lo encuentras de frente, deberás correr a toda velocidad; pero si pierdes tiempo por el asombro, entonces toma la primera rama que veas y comienza a bailar con mucha energía, hasta provocar que se caiga de risa —literal—. Cuando logre levantarse, ya estarás a kilómetros de distancia.