Al hablar del norte de México quizá lo primero llegue a tu mente sean los paisajes áridos; sin embargo, también existen entornos siempre verdes. El Jardín Botánico Culiacán es un oasis culichi que contrasta por completo con su entorno y pareciera que se trata de una imponente jungla.
El Jardín Botánico Culiacán cuenta con una historia de más de 30 años, tiempo en que se ha convertido en un emblema de Sinaloa, al grado de que hace algunos años fue seleccionado por los Garden Tourism Awards como uno de los 10 Jardines más Bellos de Norteamérica.
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La defensa del Jardín Botánico Culiacán
Este oasis natural se extiende en diez hectáreas y corrió a cargo del ingeniero Carlos Murillo Depraect, quien donó gran parte de su colección de plantas y arbustos en su afán de crear una área verde para la ciudad. Con el paso de los años, se convirtió en un santuario natural que respeta la biodiversidad, cultura y naturaleza, y promueve la conservación.
El Jardín Botánico Culiacán se inauguró en 1986 y desde que abrió sus puertas al público, fue objeto del deseo de desarrolladores inmobiliarios; pero afortunadamente la sociedad civil no permitió que estos espacios fueran explotados ni urbanizados. Desde entonces ha evolucionado ha la par de la ciudad sinaloense.
Aquí habitan más de mil especies distribuidas en 17 colecciones botánicas, así como más de 200 especies de fauna silvestre, 146 especies de aves, un banco de germoplasma y herbario, y más de 300 especies en conservación y bajo riesgo de desaparecer.
En el Jardín Botánico Culiacán destaca la colección más grande de palmeras y bambúes del planeta. Su reserva natural es tan grande que es considerado un pulmón verde de Culiacán, donde además se crearon diversos espacios para que el ser humano y la naturaleza convivan de forma armoniosa.
Por ello se añadieron 35 obras de arte de artistas nacionales y extranjeros, como Sofía Táboas, Gabriel Orozco, Francis Alÿs y Richard Long, entre otros, y un conjunto de pabellones.
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Tan mágico y hermoso es este lugar que cualquier visitante queda encantado con sólo escuchar el trinar de las aves o el susurro del viento, creando así una armonía única que atrapa los sentidos y transporta a un mundo encantador, entre olores a hierba y sensaciones singulares.
El Jardín Botánico Culiacán también cuenta con auditorio abierto, invernadero, servicios culturales y actividades didácticas, como conferencias y talleres relacionados con la conservación natural.