Querétaro posee verdaderas obras de arte arquitectónicas, como la Ex Hacienda de Amealco, también conocida como de San Nicolás de la Torre, en Amealco de Bonfil, un destino con una gran historia y un encanto digno de postal.
Amealco es una palabra de origen náhuatl que significa «en los manantiales«; por eso dejó de ser nombrada como San Nicolás de la Torre, por los impresionantes cuerpos de agua que se encuentran en esta región de México.
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Los inicios de Amealco
En esta finca se producían ladrillos, tabicón, tepetate, teja y adobe; en la actualidad quedan algunos vestigios, como la parroquia, una torre mirador y grandes muros de piedra que resguardaron la propiedad en otro tiempo, pero han sido reclamados por la naturaleza.
Amealco es una región queretana bastante peculiar, pues en 1820 se asentaron grupos de españoles y franceses que construyeron casas de madera con techos de tejamanil. En la época de la Colonia, los frailes y las órdenes religiosas fueron estableciendo su estilo de arquitectura.
La Ex Hacienda de Amealco fue sede de hechos históricos como la Revolución Mexicana: allí se registraron diversos enfrentamientos y sus marcas todavía son visibles en cada muro.
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Se dice que la torre servía para vigilar los alrededores en caso de que hubiera ataques contra los hacendados. La comunidad donde se encuentra la exhacienda se dedica a la producción de queso ranchero, queso Oaxaca, queso enchilado, yogurt y requesón.
En sus alrededores también se puede degustar de una deliciosa barbacoa, mole de huiro, nopales y quelites, entre otras delicias típicas, además de dulces, ates, mermeladas, manzanas cristalizadas y pulque.