Entre los misterios de Guadalajara está el de su rara explicación de por qué se llama a esta ciudad como «La perla de occidente”. La mayoría de las personas solo descubren que el monte se lo ganó a modo de metáfora para describir la estética de la localidad, pero hay otra historia que apunta que esta versión no es correcta, según el historiador Francisco Mendoza.
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¿Por qué se le conoce como ‘Perla de Occidente’?
Todo ocurrió cuando en el virreinato de la Nueva España, cuando Guadalajara era una intendencia, es decir en los años 1786 y 1821, el rey Carlos IV regaló a esta ciudad en ciernes una perla gigante como agradecimiento a sus servicios a la corona, la estética, blancura y lustre de la esfera natural era sublime, así que las autoridades tomaron la decisión de mostrarla al público.
La perla se mostró en una caja de cristal que colocaron en el Palacio del Obispado, donde los habitantes de la ciudad podían admirar dentro de la vitrina el preciado tesoro. Sin embargo, lo que fue motivo de orgullo nacional tuvo un desenlace lamentable, porque durante la época de 1850, en la Guerra de Reforma, los gobernantes de Guadalajara temieron que con el conflicto bélico uno de sus tesoros más preciados, les fuera arrebatado.
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Así que optaron por ocultar la joya natural, ya que durante los próximos años Guadalajara fue tomada en varias ocasiones con el saqueo de edificios públicos, eclesiásticos y viviendas. Sin embargo, tras restablecerse, las autoridades tomaron la decisión de volver a exhibir. Aunque la sorpresa fue cuando empezaron a preguntar en dónde estaba la bella esfera, que nadie supo.
Después de algunos años, las autoridades siguieron buscando la perla en las paredes del Palacio del Obispado, así como en la Catedral y en casas alrededor, pero nunca más apareció.