El tuétano es uno de los alimentos más famosos de la gastronomía mexicana y cuyo origen se remonta a la prehistoria, pues este platillo fue clave para la supervivencia de la especie humana.
No solo es una fuente de grasa y alimento, pues de acuerdo con registros también se utilizó para iluminar el interior de las cuevas que habitaban.
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Sin embargo, a lo largo de la historia se ha consolidado como uno de los alimentos importantes y tradicionales de la alta cocina.
¿Cuáles son los beneficios del tuétano?
Se trata de una sustancia blanquecina y esponjosa que se encuentra en el interior de algunos huesos de animales, principalmente los de la cadera, el esternón y del cráneo.
Los animales vacunos y animales que no hayan sido tratados con hormonas o antibióticos son los ideales para sacar provecho del tuétano en platillos.
Aunque el tuétano no suele ser del agrado de muchos, es un alimento que tiene propiedades nutricionales importantes, pues contiene en un 90% grasa, en su mayoría monoinsaturada, también algunos ácidos grasos esenciales como el Omega 3, vitaminas A, E, D y K y minerales como el hierro, el fósforo, el magnesio, el calcio y el zinc.
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Entre sus beneficios está la mejoría de piel, pelo y fortalece las articulaciones; asimismo ayuda a los intestinos porque recupera la pared intestinal.
Sin embargo, debes tomar en cuenta que es un alimento calórico y el consumirlo en exceso puede dañar nuestro organismo.
¿Cómo se prepara el tuétano?
Los expertos culinarios señalan que para comer el tuétano es necesario calor, para que penetre bien en la platina del hueso y la grasa se funda.
El hueso suele prepararse al horno o asado, en una olla a presión o a la brasa, para luego cortarlo en rodajas o entero pero con un corte transversal.
La mayoría de los lugares ofrecen el tuétano de algún vacuno, pero como la gastronomía también se innova, ofrece alternativas como el de atún.