Zonga es el nombre de la protagonista del cómic Rarotonga, una mujer afrodescendiente con un cuerpo espectacular, labios carnosos y caderas descomunales. Aunque al paso de los años fue llamada Rarotonga.
El éxito de este cómic fue tanto que incluso Café Tacvba le compuso una canción.
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¿Cuál es la historia de Rarotonga?
La primera vez que se publicó la historia de Zonga fue a través de la revista Chamaco, dándole el nombre a la historia ¡Tabú!, en 1951.
Luego de algunos años, la publicación fue retomada por la revista Pepín y luego por la publicación Lágrimas, risas y amor, donde el nombre de la historia fue Rarotonga.
En la historia se revelaba el drama de Zonga, una mujer reina hechicera afrodescendiente de la isla Puerto Azul que volvía locos a todos los pobladores con sus encantos, aunque su creador Guillermo de la Parra prefirió referirse a ella dentro del argumento como “mestiza”.
Rarotonga fue ilustrada por Constantino Rábago y Antonio Gutiérrez, quienes se encargaron de retratar a Zonga con porciones corporales muy llamativas.
5) RAROTONGA – From Mexico, her adventures far outstripped most of her compatriots, lasting nearly 50 years (with a movie in there as well.) pic.twitter.com/zFY6TYJKsr
— The Matthew Show© (@MightyKingCobra) January 17, 2017
Esto provocó que el personaje de Alejandro Aldama, un científico casado y con dos hijas, quedará encantado con la sensual fémina, lo que provocó que se desviara del camino de su investigación y sobre seguir con su vida familiar.
¿Cómo nació la historia de Rarotonga?
La historia fue creada por Guillermo de la Parra y su esposa Yolanda Vargas Dulché, célebre historietista mexicana, cuando viajaron a “las islas del sur”.
En su viaje vieron a una bella mujer mulata, pero su encanto era tanto que logró enamorar a varios hombres.
La historia de Rarotonga llegó a su fin cuando se dejó de publicar por Lágrimas, risas y amor en 1995.
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Esto ocurrió porque cada vez más gente dejó de comprar las historietas debido a que se encontraban en auge las telenovelas en la pantalla chica.
Desde entonces, solo vive en la memoria hemerográfica de México y en la de varios lectores que siguieron la historia.