México cuenta con platillos dignos de reconocimiento internacional, pues tanto nacionales como los extranjeros siempre disfrutan de la comida mexicana. Así que en septiembre, mes de la Independencia de México, los platillos típicos son importantes para conmemorar esta fecha.
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Si todavía no sabes qué preparar para celebrar la Independencia de México este 16 de septiembre, te invitamos a conocer los platillos típicos mexicanos imperdibles en esta fecha.
¿Cuáles son los platillos típicos para dar el Grito de Independencia?
1. Pozole
Entre los platillos más importantes de la cocina mexicana está el pozole, que de manera tan recurrente es preparado en las festividades mexicanas.
Aunque existen distintos tipos de pozole, todo depende de la zona del país donde se elabore. Hay verde, blanco o rojo, de pollo o de cerdo; incluso, vegetariano.
2. Chile en nogada
Este es uno de los platillos típicos de las fiestas patrias por excelencia. El Chile en nogada es originario de Puebla y está hecho con salsa de nuez de Castilla, perejil y granada.
Este manjar se creó para recibir triunfalmente a Agustín de Iturbide, autor de la consumación de la Independencia y, por si fuera poco, sus colores son el verde, blanco y rojo.
3. Enchiladas
Las enchiladas ocupan un lugar principal dentro de la categoría de antojitos en la cocina mexicana y son imperdibles en la fiesta mexicana de la Independencia.
Son elaboradas con tortillas de maíz bañadas en salsa de chiles y rellenas de un guiso, principalmente pollo o frijoles, y servidas con una guarnición por encima, como lechuga, queso y crema ácida; aunque existen variantes.
4. Mole poblano
Otro de los platillos típicos e ideales para celebrar la Independencia es el Mole poblano, ya que su complejidad y sabores contradictorios son una deliciosa metáfora de México.
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El origen del mole se da con las culturas prehispánicas, donde los indígenas mezclaban varios chiles con semillas de calabaza, hierba santa y jitomate para crear una salsa a la que denominaban mulli, aunque por mucho tiempo se creyó que este alimento surgió en el Convento de Santa Rosa, en la ciudad de Puebla, cuando una monja molió en un metate diferentes chiles y condimentos.