Pueblos imperdibles de Dinamarca

Desde edificaciones medievales hasta torres futuristas, hay mucho más por ver

Pixabay/Marie Sjödin

Quizá una de las imágenes más conocidas de Dinamarca sea la escultura de la Sirenita, en Copenhague. Pero todo este país es prácticamente escenario de “cuentos de hadas”, sobre todo basados en sus tradiciones y leyendas. No por nada el escritor Hans Christian Andersen acuñó sus más famosos cuentos infantiles en esas tierras —específicamente, en Odense, su ciudad natal—.

Pero hay bastantes pueblos de ensueño en estos parajes escandinavos llenos de palacios reales y edificaciones ultramodernas, así como un paraíso para los ciclistas. Por eso, te presentamos 5 pueblos imperdibles de Dinamarca, para que selecciones alguno (o todos) ahora que las condiciones lo permitan.

 

Pueblos de ensueño en Dinamarca

Skagen

Al llegar a este pueblo, de inmediato tu mirada se imanta con las casas de colores muy llamativos: tonos amarillos rematados por tejados rojos. Skagen se encuentra en el punto más al norte de Dinamarca, por esos sus fuertes vientos.

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No puedes dejar de visitar su iglesia hundida en la arena, que va emergiendo o escondiéndose de acuerdo con el capricho de las dunas que la rodean; tampoco debes “evitar” Vippefyr, uno de los primeros faros daneses.

La movida cultural en este pueblo es también destacada, pues a finales del siglo XIX se creó una colonia en ese lugar llamada Los pintores de Skagen, quienes caracterizaron sus obras con un manejo proverbial de la luz. El museo en su honor te dará más pistas de este movimiento artístico.

Saksun

En este poblado cuyos tejados están repletos de pasto —por razones de aislamiento más que de un furor naturalista—, la iglesia y la granja son los ejes de la vida.

Bastante lejos de la Dinamarca continental, en las islas Feroe (cercanas a Islandia), se encuentra Saksun, pueblo rodeado por montañas y valles que terminan (o inician, dependiendo la perspectiva) en el mar del Norte. Por eso, los paisajes aledaños a este pueblo son de antología.

Dragør

Muy cerca de la afamada Copenhague, Dragør es una de las “Mecas” de los ciclistas, a donde estos viajeros deportistas llegan para relajarse y regodearse con los múltiples colores del puerto pesquero.

Las actividades a realizar aquí son, obviamente, los paseos en pequeño botes y las apacibles caminatas en sus calles adoquinadas.

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Hay un hotel con un centro de convenciones que, aunque pareciera lo menos atractivo para un viaje de estas características, es un punto de referencia cultural de la zona.

Faaborg

A diferencia de Skagen, los colores de las fachadas acá son colores pastel y sus techos son naranja, pero sus calles también van marcando el paso con adoquines, como en Dragør. No creas que esta apacible paleta de colores le da un aire neutro al lugar, porque te sorprenderás con su grandioso aspecto medieval.

Las edificaciones que quedan de ese periodo de la historia son Vesterporten, una puerta de la fortificación original, y es la única que queda, o el bello campanario de la antigua iglesia de San Nicolás.

Otros monumentos obligados en Faaborg son la iglesia del Espíritu Santo o El Pozo de Ymir, una escultura de principios del siglo XX que representa a Ymir, un gigante de hielo nacido de las gotas de agua y relacionado con la creación de la Tierra. Es una figura mitológica muy destacada en Dinamarca.

Svaneke

Sincretismo entre pasado y futuro es lo que verás en Svaneke. Este pueblo se localiza en la isla de Bornholm. Para representar al pasado, la iglesia circular románica dedicada a San Ib y los molinos de viento te remitirán a los primeros días de Svaneke, para luego mirar hacia el futuro con la Torre de Agua, obra del diseñador Jørn Utzon, que en realidad es un enorme tanque con una forma que no olvidarás.

 

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Water tower by Jørn Utzon, 1952

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