El gobierno de Israel impuso un confinamiento nacional a partir de este viernes 18 de septiembre hasta el 9 de octubre. Esto se debe a que el país alcanzó uno de los índices de morbilidad más altos del mundo con 153, 217 casos, incluyendo 1,103 muertes, en una población de 9 millones de habitantes.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu anunció el pasado domingo que impondrían 3 semanas más de confinamiento en el cual los ciudadanos no podrán salir más lejos de 500 metros de su hogar, los comercios esenciales deberán permanecer cerrados y no pueden juntarse más de 10 personas en un mismo lugar cerrado y 20 personas al aire libre.
Las autoridades habían advertido que si el número de contagios superaba a las 2 mil personas, tendrían que volver al confinamiento. Y la semana pesada registraron más de 4 mil contagios por día. Aún así se mantuvieron esperanzados para que la situación mejorará, pero sólo fue empeorando.
Es así como a pesar de que las próximas semanas coincidirán con festejos en los que los israelís suelen juntarse, tendrán que ser cancelados. Por ejemplo, el Año Nuevo Judío, el cual sucede justo el día en el que comienza el confinamiento, el viernes 18 de septiembre, se acostumbra a llevar a cabo comidas festivas, aunque algunas de las actividades que evitan en esas fechas tampoco podrían llevarlas a cabo durante el confinamiento como ir a trabajar. Algunas otras celebraciones que se verán afectadas son el Día del Perdón y los Tabernáculos.
«Sé que estas medidas tienen alto costo para todos nosotros, pero si cumplimos las reglas y confío en que lo haremos, podemos matar al virus», dijo el primer ministro de Israel.