Las imágenes recientes de delfines en Hong Kong y Macao, en China, nos recuerdan que la humanidad vive una nueva realidad con la presencia del coronavirus. Esto porque delfines blancos chinos y delfines rosados, cuya presencia es poco común en las aguas del río Pearl, han sido vistos debido a la ausencia de ferries de alta velocidad que conectan estas dos ciudades, señaló Lindsay Porter, investigadora de la Universidad de St. Andrews.
Estas especies en peligro han regresado a los que en otro tiempo fueran sus espacios naturales. La cantidad de los también conocidos como delfines jorobados del Indo-Pacífico se ha incrementado hasta 30% desde el pasado marzo, y este hecho representa una oportunidad valiosísima para estudiar cómo el ruido submarino afectaba su comportamiento, explicó Porter.
Una especie de delfín rosado en peligro de extinción está emergiendo en mayor número que antes en las aguas alrededor de Hong Kong.
Las organizaciones conservacionistas informan que los avistamientos han aumentado un 30% desde que los ferrys se interrumpieron por la pandemia. pic.twitter.com/d6cCkltOL3
— Julio Vacacela MD (@juliovacacelaMD) September 15, 2020
Situación contradictoria
Los científicos liderados por Lindsay Porter —quien ha estudiado a estas especies durante 30 años desde Hong Kong— creen que unos 2 mil delfines han retornado al estuario del río Pearl. “Estas aguas, que alguna vez fueron una de las vías más transitadas de Hong Kong, ahora se han vuelto muy tranquilas”.
Una investigación del gobierno de Hong Kong dio a conocer que solamente unos 52 delfines entraron en 2019 en las aguas alrededor del centro financiero de Asia.
En contraste con estas cifras, explicó Porter, su investigación sugiere que los delfines se han adaptado más rápidamente de lo esperado al ambiente tranquilo; por lo que sería muy probable que la población se recupere si se eliminan esos factores estresantes.
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Sin embargo, la investigadora toma su distancia en relación con este breve espacio “paradisiaco” para los delfines, pues “a veces siento que estamos estudiando la lenta desaparición de esta población, lo que puede ser realmente triste”.
Si bien las autoridades de Hong Kong tienen planes de conservación de estas especies, enfocados en abrir parques marinos en áreas frecuentadas por delfines, en éstas el tráfico de barcos no está prohibido.
Casi con un suspiro, la investigadora de la Universidad de St. Andrews comentó que incluso si no se pudiera detener la disminución de esta población, el trabajo de su equipo de investigación podría ayudar a otras poblaciones de delfines en otros lugares.
Con información de Aristegui Noticias
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