Joaquín Salvador Lavado Tejón fue el creador de Mafalda; también fue un gran maestro caricaturista mejor conocido como Quino, murió en Buenos Aires, en Argentina, a los 88 años de edad a causa de un accidente cerebrovascular. Mejor dicho, quizá la estructura cerebrovascular de Quino cuestionó a su cerebro y se pusieron a charlar en otro espacio. Quizá.
Maestro seguramente inconforme con esta etiqueta, Quino dejó un gran legado en varios moneros y artistas gráficos que vieron en su trabajo no sólo a un gran exponente de las tiras cómicas, sino a un pensador de su tiempo que siempre estuvo del lado de los derechos humanos y de las libertades, con nobleza y gentileza pero con un espíritu férreo que jamás fue doblegado. Y que fue el creador de Mafalda.
Las mujeres en Mafalda
Así, entre 1964 y 1973, Quino publicó una serie de historietas protagonizadas por una niña bautizada con el nombre de Mafalda. Esta niña ya cumplió 56 años el mes pasado, pero sigue siendo tan fresca y vigente, mucho más inteligente, como en sus pininos.
Desde su nacimiento en la tira cómica, Mafalda se convirtió en la conciencia crítica del status quo, sobre todo en lo relacionado al papel de las mujeres dentro de la sociedad, empezando por su madre, a quien cuestiona constantemente. Bueno, en estricto sentido, cuestiona casi todo, hasta la obligación de los niños de tomar sopa.
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Y a todo esto, ¿cómo se llama la mamá de Mafalda? Para muchos conocida así, como “mamá”, quien la parió en el mundo del cómic argentino de la década de 1960 —no en vano Mafalda adoraba la música de The Beatles— se llama Raquel.
Quino presenta en Mafalda a diferentes tipos de mujeres: Mafalda, la niña crítica y cuestionadora; Raquel, su mamá, una tradicional mujer de su hogar; Susanita (para quien no lo sepa, su nombre completo es Susana Clotilde Chirusi), la niña que organiza su futuro con esquemas del pasado, y Libertad, una niña de un hogar contemporáneo en el que la madre trabaja y rompe las ideas del mundo de Susanita y la madre de Mafalda.
No todo es tan diferente… aún
Si algo supo ver y cuestionar Mafalda, fue el nuevo rol de la mujer en una época efervescente como en la que nació, cuando ya no se conformaba con ser sólo novia, esposa, madre o abuela. Había mucho más, y la entrañable Mafalda supo verlo.
Como afirma Isabella Cosse, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, en entrevista con el diario Clarín: el personaje de Mafalda “catalizó el prototipo de las jóvenes rebeldes y/o intelectuales de los años sesenta. Expresó las fracturas generacionales en torno a los mandatos de género: del carácter doméstico de la mujer y de su condición débil, dulce, pasiva. Por entonces, ese era un prototipo emergente pero aún hoy permea nuestra realidad contemporánea”
Tal vez Quino no pensó que con su trabajo contribuiría a evidenciar los roles de género, que las feministas cuestionan en la actualidad. Lo que sí tenía claro y lo declaró poco antes de su muerte, es que siempre había acompañado las causas de derechos humanos en general, y las de los derechos de las mujeres en particular, a quienes deseó suerte en sus reivindicaciones.
Pero Mafalda sí lo sabe, y muy bien.