En la república asiática de Kazajistán se halla el lago Kobeytuz, a 160 kilómetros de Nur-Sultán, la capital, un lugar enigmático que sobresale por la tonalidad rosa característica de sus aguas, frente al inhóspito paisaje de la estepa.
Esta hermosa maravilla natural también muestra al mundo distintas tonalidades, desde un rosa pálido hasta un tono púrpura ahumado, según la hora del día o el tiempo en la zona; es muy visitado por viajeros que buscan tomarse la foto o grabar un video para la “posteridad” de sus redes sociales.
Los tonos rosados del lago Kobeytuz aparecen una vez cada varios años. Este fenómeno natural es en realidad muy poco común y de corta duración, y se produce cuando el verano es especialmente caluroso en la estepa de Kazajistán.
El color rosa de Kobeytuz se debe a la presencia de una bacteria llamada Dunaliella, que da esta llamativa tonalidad del agua con una alta concentración de sal, de acuerdo con científicos que se refieren también a lagos con características similares, como el Hillier, en Australia, y el Retba, en Senegal.
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Kobeytuz, una joya a cuidar
Pero las autoridades locales buscan hacerle un espacio en el mapa de los “lugares sacros”, esto para que se incremente el interés turístico en el lago Kobeytuz y también para protegerlo de las peregrinaciones masivas. Algo difícil, pero no imposible para las autoridades de Kazajistán.
“Es el reclamo de los lugareños” para garantizar la supervivencia del Kobeytuz, uno de los pocos espacios que se mantuvieron abiertos tras las restricciones impuestas por el Gobierno kazajo para contener la pandemia por coronavirus, indicó Saylau Zhalkibaev, responsable del departamento local para el desarrollo de idiomas.
Con base en la salud del ecosistema, las autoridades en el lago Kobeytuz han restringido el acceso al lugar, pues la masiva llegada de turistas locales provocó que las inmediaciones se llenaran de basura.
Para colmo, un habitante local incursionó en sus aguas con su vehículo todoterreno, lo que provocó la aparición de unos agujeros en el fondo del agua.
Pero algo útil puede resultar de esta situación: junto a las “multas por provocar daños a la naturaleza”, el Ministerio de Ecología de Kazajistán, por orden de su presidente, Kassym-Jomart Tokáyev, impartirá en sus colegios una nueva asignatura de “educación ecológica”.
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El objetivo de esta materia es evitar nuevos incidentes en el lago Kobeytuz e implementar un modelo de turismo más sostenible.
Sin embargo, en una decisión que podría ser contradictoria, el Ministerio de Ecología confía en que, con la aparición de la infraestructura necesaria, Kobeytuz podrá atraer a turistas locales y un creciente número de viajeros internacionales.
Con información de EFE