Los Aztecas arribaron a la segunda parada de su tour por Europa. Se trata de una magna exposición integrada por más de 200 obras de esta antigua civilización, la cual fue inaugurada en el Museo Etnográfico (Weltmuseum) de Viena, en Austria.
Sabine Haag, directora general de la Asociación de Museos KHM (Kunsthistorischen Museum), y Christian Schicklgruber, titular del Museo Etnográfico de Viena, dieron la bienvenida a esta muestra que permanecerá seis meses en la capital austriaca.
Te puede interesar Museos en México sin una sola visita y en crisis por pandemia
Con esta primera exposición, se espera inaugurar “una nueva etapa de colaboración que permita el mayor intercambio de piezas arqueológicas y de obras de arte que están actualmente bajo la custodia de nuestros museos”, afirmó el embajador de México en Austria, Luis Javier Campuzano Piña.
Los historiadores han estimado, abundó Campuzano Piña, que la población de México-Tenochtitlán —la ciudad que fundarían en 1325— pudo alcanzar los 230 mil habitantes, “lo que podría haber superado a Constantinopla y a París que, en ese entonces, tenía 185 mil”.
La exposición Aztecas mantiene la propuesta de su presentación anterior en el Museo Linden, en Sttutgart, Alemania.
Los investigadores Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Luján y Raúl Barrera Rodríguez, quienes durante 40 años se han dedicado a “resucitar” los vestigios del antiguo Recinto Sagrado de México-Tenochtitlán, fueron los asesores científicos de Aztecas, informó Juan Manuel Garibay Barrera, coordinador nacional de Museos y Exposiciones (CNMyE) del Instituto Nacional de Antropología a Historia (INAH).
Te puede interesar Museos listos: Alhóndiga de Granaditas y Regional de Tlaxcala reabrirán sus puertas
¿Qué expone Aztecas?
“Tenemos más de 25 obras provenientes de los acervos del Museo Nacional de Antropología, y casi 100 pertenecientes a las colecciones del Museo del Templo Mayor que, aunadas a las que resguardan los recintos europeos, integran una narrativa alrededor de la cosmogonía y la vida cotidiana de esta civilización”, destacó Garibay Barrera.
Algunas de las piezas que conforman Aztecas son inéditas para el púbico europeo y están seleccionadas con base en un discurso que va del ambiente de la Cuenca de México —a donde llegaron los aztecas tras años de peregrinación desde un lugar llamado Aztlán— y poco a poco hasta llegar al Templo Mayor y su supremacía, que terminó hace 500 años con la caída de México-Tenochtitlán.
La exhibición muestra los mitos de creación y el calendario ritual, mediante apoyos tecnológicos como una proyección especial sobre una copia en 3D de la Piedra del Sol; la tercera y cuarta secciones se refieren a los fundamentos económicos del imperio azteca, mientras el quinto apartado presenta la capital del imperio: México-Tenochtitlán.
El punto culminante de la muestra Aztecas es el Recinto Sagrado, compuesto por una serie de edificios dedicados a sus deidades y piezas procedentes de excavaciones efectuadas por el Proyecto Templo Mayor y el Programa de Arqueología Urbana, ambas iniciativas del INAH.
Aztecas cierra con un audiovisual que muestra diferentes aspectos de la herencia actual de la civilización mexica, que fue el último gran imperio de Mesoamérica.
La estancia de esta magna exposición en Europa concluirá en el Museo Volkenkunde, en Leiden, Holanda, a finales de 2021.
Te puede interesar Mejores museos de CDMX que han abierto tras pandemia
Un aspecto ya no tan polémico
La exposición no soslaya aspectos polémicos —desde la visión actual— como el sacrificio humano entre los aztecas. De acuerdo con Garibay Barrera, es un tema relacionado con la concepción cíclica de la vida de los aztecas, en la cual la muerte entrañaba el renacimiento.
Los descubrimientos arqueológicos recientes, como el del Huey Tzompantli o Muro de Cráneos, permiten aterrizar los testimonios (a veces inexactos) que asentaron los cronistas españoles.
Destacó que “Aztecas desmitifica y quita un velo sobre la identidad guerrera y la actividad sacrificial de esta cultura, la cual a través de los ritos nutría al cosmos. Esta idea que tenían del universo, compuesto de rumbos y planos, donde además residían una serie de divinidades —muchas de ellas de carácter dual—, era sumamente profundo”.
x
Aztecas